Llegan a la Universitat Politècnica de València (UPV) a las 8 de la mañana y no se van a casa hasta las 11 de la noche. Cuando acaban las clases se encierran en el taller a darle vueltas al sueño que tienen entre ceja y ceja los 37 estudiantes que integran la cuarta generación del equipo Hyperloop UPV: superar los 400 km por hora en la final del concurso mundial que desde hace cuatro años convoca en Los Ángeles el multimillonario de los coches eléctricos, Elon Musk, con el fin de desarrollar el transporte del futuro.

Ese es el Hyperloop, un tren de ultra alta velocidad que es una especie de concorde a ras de suelo capaz de alcanzar los 1.100 km/h al circular dentro de un tubo casi al vacio mediante un sistema de levitación magnética. Sin apenas rozamiento, eleva la eficiencia al máximo al lograr altas velocidades con un escaso gasto energético y nulo impacto ecológico ya que la electricidad que alimenta sus baterías se obtiene del Sol.

Musk, dueño de SpaceX, la primera agencia aeroespacial privada, trata de poner en órbita esta maravilla de la tecnología llamando a las mejores universidades del mundo a competir por llevar a la realidad el ya bautizado como quinto medio de transporte. Esa es la meta de la Pod Competition IV que se celebrará entre el 15 y 21 de julio en la pista de pruebas de 1,2 km que SpaceX tiene en Los Ángeles.

El único equipo español

Este año participan en la competición 300 universidades de las que solo 20 han logrado el billete para la gran final de California, siendo la UPV el único equipo español. Deben desarrollar un Pod (una cápsula) a escala del hyperloop que pueda circular por el monorraíl del interior del tubo de Spacex a la mayor velocidad posible y con la máxima seguridad, pues tiene que frenar sin estrellarse.

Pero para llegar al tubo hay que superar una serie de duros test de seguridad que muy pocos lo logran. El equipo de la UPV, sin ir más lejos, tras liderar el año pasado la competición durante dos días no pudo ser uno de los tres equipos que logran correr en la pista a causa de un fallo eléctrico.

El gran rival a batir es el equipo de la Technische Universität München (TUM), que el año pasado marcó el récord de la Pod Competition al alcanzar su prototipo los 467 km/h. Solo cinco universidades del mundo se han clasificado para todas las finales de esta exigente competición de ingeniería. La Politècnica, que es una de ellas, siempre ha quedado entre los 10 primeros equipos.

Seis chicas y 31 chicos

La cuarta generación del equipo Hyperloop UPV la integran 37 estudiantes de grado y máster de múltiples ingenierías, Administración y Dirección de Empresas (ADE) e incluso Bellas Artes. Son 6 chicas y 31 chicos, de los cuales la mitad compiten por primera vez. El más veterano del equipo es Fernando Galtier, que simultánea dos carreras a la vez en la UPV (Ingeniería Civil y ADE), y está preparando con ilusión su tercera final.

Galtier, como líder del equipo, se ha marcado tres objetivos: «seguridad, fiabilidad y velocidad». Para ello han desarrollado un revolucionario Pod que han bautizado como Turian, el nombre en inglés del río que cruza el Cap i Casal, y que presentaron ayer. Todo lo han diseñado para superar los exigentes test de seguridad y fiabilidad, con la idea fija de meter al Turian en el tubo y que supere los 400 km/h.

«En las simulaciones hemos llegado a 430 km/h, pero hay que probarlo en condiciones reales», dice. Para ello construyen un monorraíl de pruebas en el circuito de Cheste que tendrán listo a final de mes. Esta pista de 200 metros la han financiado con un micromecenazgo en el que han logrado 10.800 euros.