Uniformes sucios, con manchas, rotos, que se transparentan, amén de sábanas que cuando se extienden delante de los pacientes aparecen con agujeros o sospechosas manchas. Estas son las situaciones que ayer denunciaron desde Comisiones Obreras para ejemplificar que el problema de las contratas de las lavanderías en la sanidad pública no era exclusivo de los hospitales de la Comunidad de Madrid. Según la denuncia realizada por la Federació de Sanitat i Sectors Sociosanitaris de CC OO PV, el servicio que ofrecía la concesionaria del Hospital General de Castelló no estaba siendo óptimo hasta el punto de que los profesionales sanitarios se habían quejado varias veces al recibir uniformes con manchas que no salían o sábanas que no estaban en condiciones. «El servicio se externalizó hace un tiempo y desde entonces venimos teniendo problemas con los uniformes y las sábanas», aseguró la delegada sindical de CC OO en el centro, Virginia Sales. Según la sindicalista, las quejas se habían transmitido, sin éxito, ante la gerencia del hospital y, aún así, se seguían dando.

Fuentes de la dirección del Hospital General de Castelló apuntaron, sin embargo, que las quejas y «las reclamaciones que se han recibido sobre las sábanas y la lencería de las camas del hospital han sido puntuales» y, por tanto, no era una situación «generalizada».

Además, también apuntaron que las quejas recibidas se han tramitado con la empresa como incidencia para que se ponga una solución lo más rápido posible. Esta situación «no tiene nada que ver con la realidad que está ocurriendo en Madrid», defendieron desde el centro.

El problema, según CC OO se daba en todas las plantas y en todas la categorías médicas del hospital castellonense además de darse de forma esporádica en otros centros de la sanidad valenciana como el hospital de La Fe. Desde la sección sindical de Comisiones Obreras en el hospital valenciano aseguraron que puntualmente tienen problemas con el servicio de lavandería, «sobre todo en uniformes, que están lavados pero no todo lo limpios que deberían y llegan, por ejemplo, con restos de maquillaje». Con las sábanas, las incidencias suelen ser menores aunque, según aseguraron, las quejas son «cíclicas». Desde el sindicato Satse, sin embargo, aseguraron que ni en un centro ni el otro habían recibido notificaciones al respecto.