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Medioambiente

Remontar el vuelo desde El Saler

«La Granja» es el Centro de Recuperación de Fauna de referencia en toda Europa con 4.960 ejemplares ingresados en 2018 en las instalaciones

Remontar el vuelo desde El Saler

En el Centro de Recuperación de Fauna «La Granja» de El Saler han ingresado en 2018 un total de 4.960 animales, una cifra más baja que el año anterior (5.599), pero acorde con la tendencia al alza que se observa desde sus inicios, en 1988. Los Centros de Recuperación de la Comunitat Valenciana, tienen como misión principal la acogida y rehabilitación de animales silvestres autóctonos que por diversos motivos -electrocuciones, intoxicaciones, heridas producidas por choques o disparos- han perdido la capacidad de desenvolverse con normalidad en la naturaleza, señalan desde la Generalitat.

«La Granja» posee la mayor capacidad de acogida para el tratamiento y manejo de fauna silvestre protegida de España, según la Generalitat. El 80 % de los ingresos en el centro de recuperación de fauna han correspondido a fauna salvaje autóctona, con 3.962 ejemplares registrados; mientras que los de fauna exótica y/o doméstica han sido el 14 % del total, con 664 ejemplares. En cuanto al 7 % corresponde a animales nacidos en el propio centro, 334 ejemplares de especies amenazadas.

La especie que más ha sido ingresada han sido las aves que representan el 74 % de las entradas y un total de 131 especies diferentes. El número más alto corresponde a aves. «Son las especies más fáciles de encontrar cuando están heridas», aclara el veterinario del centro, José María Gil, ya que un mamífero o un carnívoro «se esconden enseguida y cuando están heridos mucho más», por lo que estos se suelen coger con trampas inofensivas, agrega.

Vencejos comunes en las casas

Según el Programa de Acogida de Aves Huérfanas con el que cuenta el centro de recuperación de fauna, la especie más numerosa en 2018 fue, un año más, el vencejo común, con 603 ejemplares. A raíz del elevado número de ingresos de vencejos comunes que acogen, el centro junto con SEOBird promovió una corta campaña, que duró un par de días en redes sociales, con el fin de hacer un llamamiento a familias interesadas en acoger por unas semanas algunos vencejos en sus hogares. En el programa de voluntariado han colaborado alrededor de 6 familias, según el veterinario del centro, que cataloga de «éxito» la respuesta.

Maria José y sus hijos Rocío y David, una de las familias que participan en el voluntariado, visitan el centro periódicamente para que los veterinarios hagan un seguimiento del crecimiento de los 7 vencejos que se llevaron a casa, polluelos que han caído del nido y las madres no recogen, explica la voluntaria. SEOBird atendió previamente a las familias para explicarles los pasos a seguir para la cría de los pichones.

Desde el centro se aboga por fomentar una educación ambiental para que los más pequeños «no cojan como habitual que los animales vivan en jaulas». Insiste en que deben dejarse libres y de ningún modo «llevárselos a casa». Una de las actividades que más les gusta realizar a los técnicos con niños es la suelta de las aves -no en peligro de extinción- recuperadas.

El centro realiza proyectos para la reintroducción de especies extinguidas o en peligro de extinción, entre las que se encuentra la Focha Cornuda (Fulica cristata), el Calamón Común (Porphyrio porphyrio), la Malvasía Cabeciblanca (Oxyura leucocephala), Cerceta Pardilla (Marmaronetta angustirostris), la tortuga mediterránea (Testudo hermanni) y el Cernícalo Primilla (Falco naumanni), explica José María Gil.

El proceso de reintroducción de las especies en su hábitat puede suponer, en ocasiones, un riesgo por las complicaciones que pueden surgir, como cazadores y ciudadanos que los cogen, que dificultan la subsistencia en su hábitat salvaje. El veterinario lo ejemplifica con el caso de la Focha Cornuda, que por su semejanza con la Focha Común (Fulica atra) -especie que se puede cazar-, los cazadores la confunden con la Común, haciendo peligrar la conservación de la especie. La caza de ejemplares en peligro de extinción conlleva la pena de 2 años de cárcel, además por ley los cazadores no pueden disparar si no están seguros de la especie, por lo que «no se pueden excusar en la confusión», matiza.

Otro de los casos singulares es el de la tortuga mediterránea. Esta clase de galápago se encuentra amenazada por la tortuga de Florida (Trachemys scripta elegans), especie invasora por su masiva comercialización, que «está terminando con la autóctona». El galápago mediterráneo, bien porque ha nacido en el centro y ya es adulto, o bien porque ha ingresado por alguna lesión y ya está recuperado, se suelta en La Devesa. Los particulares que ven estas tortugas sueltas por la playa las traen al centro porque pueden pensar que «están perdidas, pero lo cierto es que están en su hábitat», remarca Gil.

El problema del «mascotismo»

El procedimiento habitual que siguen en el centro de El Saler con las especies invasoras es el sacrificio. «El problema de las especies invasoras es el mascotismo», achaca, ya que aumentan la reproducción de las especies para la venta, pero cuando «los dueños se cansan los sueltan donde sea». El abandono del animal se suele producir mucho en los casos de las tortugas, debido a las dimensiones que llegan a alcanzar la mayoría de ellas y su larga longevidad, argumenta.

El especialista apunta que otra de las razones por las que llegan a ser animales invasores es la introducción de la especie por el propio ser humano en un medio donde no acostumbran a habitar, para que se reproduzca y luego cazarla o pescarla.

Además de la acogida y rehabilitación de animales silvestres autóctonos, «La Granja» realiza necropsias a los animales fallecidos con el fin de detectar la causa de la muerte. El veterinario cuenta que les llegan «muchos cadáveres» que recogen los agentes medioambientales. «Puede que la labor más importante del centro sea esa», asegura. La muerte del animal que se haya producido infligiendo algún delito puede conllevar a un juicio, como es el caso del uso de veneno.

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