El párroco y los feligreses de la iglesia de Sant Bertomeu de Xàbia tienen siempre un ojo puesto en el cielo. No es que sean exageradamente devotos. Su templo, del siglo XVI y una de las joyas del gótico valenciano, lleva muy mal las lluvias. Estas últimas, torrenciales y persistentes, han provocado que resuciten las viejas goteras. Los feligreses han tenido que extender plásticos sobre los bancos y colocar cubos allí donde cae agua. Hay goteras en la bóveda de crucería. Pero el deterioro se extiende a más partes de la iglesia. Hay grietas y humedades.

Que a la iglesia gótica le sientan fatal los episodios de lluvias torrenciales es algo que se sabe desde hace la tira. La goteras comenzaron hace más de diez años. Entonces ya se advertía de que la restauración era urgente. Un primer proyecto, de 2,4 millones de euros, se fue al traste con la crisis (lo financiaba Caja Madrid). Ahora la rehabilitación parece que está más cerca. La conselleria de Cultura debe dar su visto bueno al proyecto redactado por el arquitecto conservador de la catedral de València y del monasterio de Santa Maria de la Valldigna, Salvador Vila Ferrer.