Dos días después de que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, acusara a su homóloga de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de perjudicar al resto de comunidades autónomas con sus agresivas rebajas fiscales, el líder del PP y candidato a la presidencia del Gobierno, Pablo Casado, no solo salió en defensa de las políticas de exenciones y bonificaciones de impuestos adoptadas en los territorios donde gobiernan los populares, sino que planteó exportar estas medidas «a nivel nacional» por ley si gana las elecciones.

El dirigente arremetió ayer contra la armonización fiscal entre comunidades planteada por el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez y abogó por hacer «lo contrario» porque, a su juicio, se trata de «competir». «Cuando oigo a un socialista que quiere armonizar impuestos, me echo la mano a la cartera», proclamó durante la conferencia-coloquio del XXII Congreso Nacional de la Empresa Familiar en Murcia.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, defendió hace unas semanas la necesidad de buscar el «equilibrio» entre la armonización fiscal del Impuesto de Sucesiones y de Patrimonio y la autonomía fiscal de las comunidades autónomas, con el fin de reducir las «asimetrías no justificables» entre regiones. Casado, en cambio, puso en valor actuaciones como la bonificación de los impuestos de donaciones y sucesiones o la bajada de los tramos autonómicos de IRPF porque, según el líder popular, «se recauda más y al final la economía va a ir mejor». El candidato defendió que las comunidades «hagan más atractiva y eficiente la propia administración fiscal» y criticó tanto las declaraciones de la titular de Hacienda como las que realizó en términos similares Ximo Puig, cuando acusó a Madrid de «dumping fiscal». Casado presentó en Murcia su «Plan España» para intentar «parar» la crisis económica «a tiempo y sin costes» para las empresas.