El inicio de campaña de Més Compromís del pasado jueves por la noche en València fue más tenso de lo deseado. La tradicional pegada de carteles estuvo marcada por una protesta vecinal que obligó a los candidatos a acortar un acto en el que participaron el cabeza de lista al Congreso, Joan Baldoví; la número dos, Maria Josep Picó, y el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, entre otros miembros de la coalición.

Durante la intervención de Baldoví, con un alegato a la movilización del electorado para lograr un gobierno de izquierdas el próximo 10N, la plataforma Aturem el PAI (Paremos el PAI), contraria a la construcción de 1.300 viviendas en varios bloques en el barrio de Benimaclet, protagonizó una sonora protesta que obligó a los candidatos y al alcalde de la ciudad a finalizar el acto antes de tiempo. La vicepresidenta del Consell y coportavoz de Compromís, Mónica Oltra, finalmente no acudió y el presidente de las Corts Valencianes, Enric Morera, fue directamente a la cena con militantes que tuvo que celebrarse después en otro punto del barrio.

Baldoví, la número dos de su lista, Maria Josep Picó, y Ribó, entre otros cargos de la formación valencianista y de la coalición para el 10N Més Compromís se vieron rodeados de pancartas mientras que numerosos vecinos del barrio les espetaban «especuladors, fora del barri», «València no està en venda», «vergonya» y «Ribó, traidor».

La protesta obligó a que la tradicional pegada de carteles -en uno de los cuales puede verse a Baldoví junto al líder de Más País, Íñigo Errejón-finalizara antes de tiempo.

Posteriormente, en declaraciones a los medios, el cabeza de lista por Valencia mostró su confianza en que su candidatura logre entre tres y cuatro escaños el próximo día 10, una nueva cita electoral de la que aseveró tajante: «Si no es la definitiva, alguno se tendría que ir a casa», e instó a los políticos a que se dejen de «pensar en sillones y números» para dedicarse a los problemas de la gente.