La actitud frente a la ola de convulsión que sacude a América Latina vuelve a ser motivo de confrontación en la izquierda. La fractura abierta en Bolivia tras la renuncia y el exilio del presidente Evo Morales, forzado por el Ejército y acorralado por las protestas en las calles, ha generado tensiones internas en el seno de la coalición Unides Podem-Esquerra Unida.

El elemento catalizador son unas reflexiones del cargo más destacado de la formación morada, en las que el vicepresidente del Consell, Rubén Martínez Dalmau, cuestiona la deriva de Morales y la legitimidad del último proceso electoral, en el que la Organización de Estados Americanos ha detectado graves irregularidades. Martínez Dalmau es una voz autorizada en la materia, no solo por su condición de Doctor en Derecho, sino por su participación directa como miembro del equipo redactor que colaboró en el diseño de la Constitución de Bolivia. Además, ha desempeñado en el continente americano buena parte de su trayectoria docente y como asesor de gobiernos de izquierda.

Su escrito, sin embargo, ha levantado ampollas en algunos sectores de la coalición, sobre todo en en el ala de EUPV. David Rodríguez, excoordinador de esta última formación y responsable de Solidaridad Internacional del Partit Comunista del País Valencià -integrado en la alianza- acusó ayer al vicepresidente de «contradecir» la postura oficial de su partido y de justificar el golpe de Estado en Bolivia. En su réplica, Martínez Dalmau niega contradicciones con su formación y responsabiliza a Rodríguez de tergiversar sus palabras. «No justifico nada; expongo un relato para entender el problema porque conozco bien la secuencia y he sido protagonista de varios de sus momentos», matizó, recalcando que la suya es una «posición personal». También cargó abiertamente contra el vicepresidente el secretario general del PCPV, Javier Parra concejal de EUPV en Paterna. «Las vueltas que das para no condenar el golpe de Estado contra Evo Morales. Realmente impresentable», le espetó en Twitter a Martínez Dalmau, quien a su vez respondió afirmando que su opinión coincidía con la postura de Evo Morales, citando un tuit del expresidente en el que éste pedía al pueblo boliviano «no caer en la violencia» y llamaba «resolver cualquier diferencia con el diálogo». Parra llamó al conseller «manipulador professional» y pidió su dimisión por no ser, a su juicio, «merecedor del cargo».

Otros cargos de Unides Podem como Naiara Davó (portavoz en las Corts) o la diputada Roser Maestro (EUPV), se pronunciaron ayer abiertamente a favor de Morales y condenaron el golpe de Estado, como lo hicieron los líderes y los partidos de la coalición a nivel estatal. La dirección de EUPV remitió a un comunicado de Izquierda Unida que defiende la limpieza de las elecciones y la reelección del presidente y denuncia «el peligroso silencio de la comunidad internacional». Unides Podem llamó a «un nuevo proceso electoral tranquilo y limpio» y censuró «una operación de la oposición para derrocar al Gobierno legítimo». El exsecretario general de Podem, Antonio Montiel, equiparó la «agresión golpista» en Bolivia con el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende en Chile.

«No asumió la voluntad popular»

En su controvertido escrito, Martínez Dalmau sostiene que las cosas comenzaron a romperse en Bolivia cuando Morales quiso reformar la Constitución para poder ser elegido indefinidamente. El vicepresidente del Consell respalda las protestas populares y responsabiliza al presidente dimitido por «no asumir la voluntad del pueblo», que rechazó los cambios mediante un referéndum. Además, el conseller incide en que «todas las pruebas indican que hubo fraude electoral» en el país andino. Aunque pone en valor la disminución de la pobreza a cifras históricas y el aumento de la igualdad bajo el gobierno «revolucionario» de Evo Morales, Martínez Dalmau señala que «de lo que se trata es del límite al poder en una democracia». La reflexión concluye con una llamada al diálogo «para encontrar soluciones» al conflicto boliviano.