Jo Ruxton pasó de mostrar la belleza de mares y océanos en los documentales que producía para la BBC, a empeñarse en enseñar la otra cara del mundo marino, con los plásticos y vertidos que tanto daño provocan a los ecosistemas. Tuvo que hacerlo por su cuenta, pero su documental «A Plastic Ocean» es todo un referente de concienciación ambiental. Ahora vuelve a València para presentar en el Auditorio Mar Rojo del Oceanogràfic la campaña «Por una ciudad sin plásticos», con una charla «de esas que abren los ojos». Será este miércoles, en plena Cumbre del Clima y con el futuro del planeta sobre la mesa. «Aún hay tiempo, pero hay que ponerse ya a reducir la contaminación. Solo así tendremos una oportunidad», enfatiza la batalladora Ruxton.

El litoral mediterráneo es especialmente vulnerable al calentamiento global, dicen los expertos. Usted que se asoma a los fondos marinos, ¿cómo lo ve?

El Mediterráneo es muy frágil, porque es un mar que tiene fronteras donde cada vez existe más población en la costa, tanto en Europa como en África. Ese es un equilibrio muy delicado, porque además hay sobrepesca. Pese a ello, aún es un mar que sigue vivo y tiene mucho que darnos.

¿Introducir la educación ambiental en las escuelas ayudaría a la concienciación?

Sin duda. No solamente ayudaría, sino que es la solución. Estamos aún a tiempo y es en las nuevas generaciones donde podemos encontrar la implicación necesaria para conseguirlo. Si paramos ya de contaminar aún tendremos una oportunidad.

Los países desarrollados exportan muchos de sus residuos a los menos desarrollados. Muy triste y revelador. ¿no?

Sí, pero cada vez son menos los gobiernos que admiten esas prácticas. Por ejemplo, China ya lo ha prohibido. Hay varios países africanos que también están empezando a prohibir que se suelten las basuras en sus territorios. África está despertando ante este problema. Al mundo desarrollado no le queda otra solución que producir menos y sobre todo reutilizar, porque por más que recicles, siempre tendrás un deshecho. Es imprescindible dar un segundo uso.

¿La Cumbre por el Clima en Madrid servirá de algo?

Para que la gente sepa que está pasando algo grave con el cambio climático, aunque es cierto que las decisiones gubernamentales son muy lentas y cada vez hay menos tiempo. La información y la comunicación son fundamentales para que la gente, en especial los más jóvenes, sean conscientes del problema.

Levante-EMV publicó hace meses una investigación de Nuria Felis Reig sobre la presencia de microplásticos en el golfo de València. Con la recogida en unas redes especiales quedaba confirmada la presencia de plásticos reducidos a minúsculos trozos por la erosión y a otros que forman parte de productos habituales. Y los ingerimos al consumir pescado...

Es cierto, pero es la realidad de cualquier mar u océano del mundo. Desde la Antártida hasta el Ártico hay plásticos. Y también en los ríos. Es evidente que consumimos microplásticos.

¿Es suficiente con prohibir los de un solo uso?

No, porque repito que cada vez hay menos tiempo. Hay que buscar soluciones paralelas que no sean plásticos y rechazar su uso. Por ejemplo, con las botellas de agua. Hay que beberla del grifo. Y suprimir las bolsas en los supermercados.

¿ Qué hacemos con los negacionistas como Donald Trump?

La emergencia climática es una realidad.

La Fundación Oceanogràfic está volcada en proyectos de investigación y conservación de especies amenazadas. Una apuesta más allá de los resultados económicos...

Exactamente. Es una forma de evidenciar problemas reales a través de las investigaciones. Hay muchos frentes abiertos, como los plásticos, los mamíferos marinos, o las tortugas. Pero todos son consecuencia de lo mismo, la polución marina. Es una oportunidad de dar a conocer estos estudios a un público general y que conozca qué impacto tienen las cosas que hacemos a diario.