La Vall de Segó forma parte del Camp de Morvedre. Etimológicamente «sag» o «seg» equivale a ciudad o poblado, por lo que significa «valle de la ciudad», en este caso referido a Sagunt. La Vall de Segó está formada por los términos de Quart de les Valls, Benavites, Benifairó de les Valls, Quartell y Faura. Ocupa alrededor de 22 km2 y limita al norte con el municipio castellonense de Almenara, con quien comparte características físicas y el aprovechamiento hidráulico de la Font de Quart. Este manantial ha sido un elemento fundamental en el asentamiento y el desarrollo de estas poblaciones y de numerosas alquerías, que desde época medieval han utilizado sus aguas para el riego, el abastecimiento humano y las actividades protoindustriales.

Las familias romanas acomodadas de Saguntum comenzaron a utilizar la Vall de Segó como zona residencial, perfeccionaron la obra hidráulica existente e impulsaron la agricultura. A partir de la invasión musulmana se establecieron varias alquerías diseminadas, que fueron el germen de los actuales núcleos de población. Tras la conquista de Jaume I, los núcleos existentes (15) se denominaron «Llogarets»: Benicalaf, Benavites, la Alquería de Rugama, l'Arap, la Alquería Blanca, Quartell, Quart de les Valls, Santa Coloma, Benifairó de les Valls, Els Frares, La Garrofera, Quémalo, Faura, Rubau y Almorig. Algunos de estos enclaves se despoblaron y otros en cambio se agruparon en los 5 pueblos actuales. La población residente no alcanza los 9.000 habitantes, siendo Faura la más poblada (3.500).

Un medio físico idóneo para las actividades agrícolas

Las estribaciones montañosas que rodean la Vall de Segó se alzan en forma de herradura, abierta al mar. Esta subcomarca natural limita al norte con los últimos contrafuertes de la Serra d'Espadán (montañas de Almenara) por el norte, y de la Serra Calderona (Pic dels Corbs) por el sur. Al oeste destacan las alturas del Salt del Cavall y de la Frontera. Esa disposición en arco facilita unas condiciones climáticas privilegiadas para los cultivos, pues protege de los vientos fríos del norte y de los secos del oeste. Se aprecian varios ambientes naturales de oeste a este: los relieves del interior; el glacis de acumulación y los depósitos sedimentarios pleistocenos, que generan un espacio agrícola de excelentes condiciones; el área de marjal, que ha sido parcialmente desecada; y finalmente la playa. Las favorables condiciones del medio han hecho que la principal actividad económica de la Vall de Segó sea la agricultura de regadío y las industrias de transformación y comercialización de sus productos. Los cítricos constituyen el cultivo principal. Una parte de los beneficios de la agricultura se han reinvertido en la captación de caudales subterráneos y en la reconversión de los antiguos secanos en nuevos campos de naranjos, los cuales ocupan la llanura y se elevan, mediante el aterrazamiento de las parcelas, por los piedemontes adyacentes. Las tierras bajas están irrigadas por las aguas de la Font de Quart.

La Marjal de Almenara es un espacio que se extiende por una superficie de 1.500 Ha, en varios municipios, entre ellos los de Almenara, Benavites y Quartell. Es una zona con un alto valor ambiental, integrada en la Red Natura 2000, al albergar un LIC y una ZEPA. Está incluida en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Generalitat Valenciana. Se alimenta de las descargas subterráneas (ullals) de la Sierra de Espadán, y con aportaciones de los sobrantes del riego. Parte de la marjal está dedicada a los cultivos hortícolas, aunque en el pasado se plantaba arroz.

La Font de Quart y el patrimonio cultural del agua

La Font de la Vall de Segó, denominada desde 1748 Font de Quart, es una surgencia artesiana que proviene del acuífero Algar-Quart, nutrida por la vertiente oriental de la Sierra de Espadán. El nacimiento se localiza en la confluencia del Barranc de la Font y el de Boronat. El agua surge a través de unos "ullals" que forman dos estanques unidos y rodeados por muros de mampostería. Su caudal oscila entre los 25.000 y los 40.000 l./min. Su sistema de riego es de origen romano, aunque fueron los árabes los que lo ampliaron. La superficie regable es de 2.343 Ha, de las cuales 465 Ha tienen derecho preferente al riego. Las hectáreas restantes tienen derecho a riegos eventuales, siempre que haya sobrantes.

El diseño básico del sistema de la Font de Quart se corresponde con el modelo de regadío islámico, con la presencia de numerosas alquerías. En 1248 el rey Jaume I concedió a los habitantes de Morvedre (Sagunt) un privilegio sobre las aguas de la Font de la Vall de Segó, por el cual los nuevos pobladores debían distribuirlas según las antiguas normas consuetudinarias, heredadas de los musulmanes. En 1854 se aprobaron las Ordenanzas de la Font de Quart, actualmente vigentes, donde se describe la división de los caudales y la organización de los turnos y las tandas.

Los Sistars son estructuras cubiertas que albergan partidores de agua continua y establecen la derivación proporcional de las aguas, a partir de las que surgen las acequias principales. La acequia principal mantiene la cota más alta y los brazales, denominados "rolls", se distribuyen en forma de peine. El manantial de la Font de Quart origina un sistema de regadío con una red muy densa de elementos hidráulicos, que poseen un elevado valor patrimonial y paisajístico. Algunos están declarados BRL o se incluyen en el catálogo de Bienes Etnológicos valencianos. Destacan la propia Font de Quart, la Séquia de Faura, el Sistar del Septí o de la Font, el Sistar Segón, el Sistar Tercer o de l'Oixet, además de algunos lavaderos y molinos. Cada uno de los pueblos de la Vall de Segó tiene al menos un lavadero. La mayoría se conservan y algunos han sido restaurados. En la Font de Quart funcionaron una decena de molinos. En el municipio de Quart de les Valls se sitúan los de la Font o la Tía Sapa, que es el primero del sistema, y el de Penya o de Quart. En la divisoria de los términos de Quartell y Quart de les Valls se sitúa el Molí Nou, de Quartell o de Doblons. Conserva su estructura y maquinaria originales y fue restaurado por el Ayuntamiento de Quartell, que lo ha convertido en Museo de Agua y Etnológico. Es una parada obligada en la Ruta del Agua que recorre los principales hitos hidráulicos del sistema.