El cardenal Antonio Cañizares insiste en la defensa de la libertad educativa y religiosa en su última carta semanal, en la que se pregunta si «se quiere volver al pasado y resucitar una nueva dictadura (...) como Cuba, China o lo que fue la Unión Soviética, donde los hijos eran del Estado y no pertenecían a los padres». El cardenal considera que «es verdad comúnmente admitida que compete a la familia, a los padres, el derecho y el deber originario de educar a la persona humana, a los hijos, en cuanto personas que son» y «solo las dictaduras, afirman que este derecho-deber le corresponde al Estado porque los hijos no son de los padres, no pertenecen a los padres, sino al Estado».