Aislamiento voluntario de dos semanas tras viajar a China

Son poco dados a hablar y tienen fama de ser poco permeables. Ayer, sin embargo, representantes de la comunidad china de la Comunitat Valenciana decidieron dar un paso adelante y contar cómo están viviendo la crisis del coronavirus a 9.000 kilómetros de su lugar de origen, cómo les está afectando personal y empresarialmente el «rechazo» que generan hoy en la calle unos rasgos asiáticos y lo que ellos están haciendo -y no trasciende- para prevenir un posible contagio que, aunque improbable, despierta temor.

De hecho, la comunidad de ciudadanos chinos que vive en territorio valenciano se está «autoimponiendo» su propia cuarentena de dos semanas para todo aquel que en estos días de confusión y miedo al coronavirus venga de regreso de China. Así lo confirmaron Chen Xinzhao, presidente de la asociación de empresarios chinos de Fujian en Valencia, y Chen Hui, presidente de la asociación de empresarios chinos de Manises en España.

«Lo recomendó el Gobierno chino y lo estamos aplicando. Todo el que vuelve ahora se queda 14 días en casa para evitar que haya un contagio», explica Chen Xinzhao, que recuerda que solo una minoría va habitualmente a China. «La mayoría no van en largas temporadas», aseguró.

«Además se está cumpliendo a rajatabla», comenta Chen Hui, que pone como ejemplo el cierre durante dos semanas de un restaurante en el centro, simplemente porque «se había corrido la voz de que en la cocina estaba trabajando una persona que acababa de volver de allí». No era verdad pero, para calmar los ánimos «decidieron cerrar el restaurante» y aplacar así los ánimos «y hacer ver que no se oculta nada».

La cuarentena es rígida y son las familias las que preparan «pisos vacíos» para que esta se pueda hacer en total aislamiento «y sin las familias allí».

Al triple del precio

No es la única iniciativa que la comunidad china ha tomado en València desde que se decretó la epidemia de coronavirus que deja, según los últimos recuentos, 31.528 infectados, 638 fallecidos y 1.764 personas recuperadas.

A través de ambas asociaciones (y que agrupan a pequeños, medianos y grandes empresarios de las provincias de Fujian y Zhejiang) se han recogido cerca de 62.000 euros en donaciones que han servido para comprar y enviar cerca de 300.000 mascarillas a China, además de otro material de protección. Eso sí «pagando casi el triple», reconoce Chen Xinzhao ya que las mascarillas se han convertido, hoy por hoy, en un artículo difícil de conseguir.

El mayor contingente, almacenado en Manises, se ha enviado a Madrid para que sea remitido vía aérea a China y el segundo está todavía esperando uno de los vuelos de cooperación fletados por el gobierno chino. Allí serán distribuidos por el propio gobierno o por la Cruz Roja china.