Tejer una red de localidades libres de violencia de género en la Comunitat Valenciana. Este sería el objetivo final de "Más seguras, más iguales", un programa que forma equipos multidisciplinares especializados en erradicar dicho problema social, de manera que la actuación municipal sea integral y eficaz. Un total de diez ayuntamientos (Callosa de Segura, Alfàs del Pi, Benifaió, Cullera, Bocairent, Orihuela, Llíria, Riba-roja de Túria, Vilamarxant y Onda) participaron en 2019 y, ahora, varios han manifestado su interés por unirse a la segunda edición, que dará comienzo en breve.

El programa "Más seguras, más iguales" se financia gracias a los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y ha sido homologado por el Institut Valencià d'Administració Pública (IVAP). Impartida por las juristas y expertas en igualdad Ana Julián y Elisa Iniesta, de la consultora valenciana Equality Momentum, esta formación concluye con la constitución de una mesa local y la redacción de un protocolo de actuación municipal, de manera que se avance en la prevención de la violencia de género y se garantice que la atención a las mujeres en situación de maltrato, así como a sus hijas e hijos, sea efectiva.

Todo ello es el resultado de cuatro semanas de trabajo en equipo, durante las cuales se aborda un temario que permite la profundización en la violencia de género desde todas sus dimensiones como fenómeno social; el análisis del marco legislativo tanto nacional como internacional; el estudio de medidas de protección, procedimientos de actuación y pautas de acompañamiento; y el aprendizaje de estrategias de coordinación como grupo para una intervención integral. Además, se ofrecen sesiones específicas para determinados colectivos, como la Policía Local, la Guardia Civil, equipos de servicios sociales, centros educativos y ámbito sanitario.

Optimización de recursos

Así, se activan diferentes fuentes de detección y se establecen las denominadas personas de referencia, que son una figura novedosa que permite optimizar recursos y garantiza la sostenibilidad emocional de la víctima y su entorno familiar, ya que ha adquirido el conocimiento y las habilidades necesarias para un correcto acompañamiento en el momento de la denuncia, en el proceso de recuperación de las mujeres y en el momento en que el agresor sale de prisión.

"Aprovechamos las ventajas del trabajo en equipo para abordar una cuestión poliédrica como es la violencia de género desde diferentes puntos de vista. Además, la formación a la par de colectivos diversos permite generar un sentimiento de pertenencia, resolver conjuntamente dudas y compartir experiencias, por lo que la eficacia del programa aumenta exponencialmente. Todo esto permite integrar la perspectiva de género en la cultura de la gestión municipal diaria para la actuación frente a la violencia machista", explican Ana Julián y Elisa Iniesta.