El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, hizo ayer por la mañana una llamada a la calma y apuntó la necesidad de abordar la celebración de las Fallas «desde el rigor y la seriedad y sin alarmismo». El jefe del Consell, que hizo estas declaraciones antes de conocerse el primer caso de contagio en la Comunitat Valenciana, destacó ya entonces que «se está trabajando de acuerdo a las condiciones marcadas por los protocolos internacionales». Así, Puig quiso transmitir un mensaje de tranquilidad a los falleros, pero también al sector hotelero y de restauración que en las últimas horas vive con temor un escenario donde, sin ser sanitariamente necesario, «una psicosis colectiva» cancele precipitadamente las fiestas más importantes de la Comunitat.

Así y todo, las Fallas no son intocables y si se tuvieran que tomar medidas drásticas para contener la epidemia de coronavirus, se tomarían. En este sentido se pronunció ayer la subdirectora general de Epidemiología de la Conselleria de Sanidad, Hermelinda Vanaclocha, quien dando por hecho, en todo momento, que es muy pronto para hablar, advirtió de que las Fallas, como cualquier otro acto o fiesta que se celebre en España, es susceptible de sufrir cambios o suspensiones si la crisis del Covid-19 va a más. «Por supuesto que podría afectar a las Fallas. Si ha afectado al Carnaval de Venecia, si es necesario y esperemos que no, podría afectar a las Fallas». Eso sí, de seguir con una situación «controlada» como hasta ahora con casos confirmados o en estudio y en los que se conoce cómo se contagiaron no habría problema. «Incluso aunque tuviéramos un positivo, si podemos hacer la trazabilidad y sabemos de dónde viene y hacer un control de sus contactos, no habría problema», comentó Vanaclocha antes de conocer el caso del joven de Borriana.

Las medidas, incluso drásticas, se tomarían si la situación a afrontar fuera similar a la que tiene ahora «el norte de Italia, donde hay muchos casos», pero además «sin vínculo epidemiológico entre ellos», esto es, sin que se sepa cómo se han contagiado las personas, lo que imposibilita controlar a todas las personas que pudieran estar contagiadas y evitar así que la enfermedad siga propagándose.

El ayuntamiento a la espera

Mientras, desde el Ayuntamiento de València dejaron ayer en manos del Ministerio de Sanidad la toma de medidas ya que el consistorio no es competente. «Estamos abiertos a las indicaciones del ministerio», aseguró el vicealcalde, Sergi Campillo.