La preocupación «es moderada» pero inevitable, porque la expansión del coronavirus desde sus orígenes en China, la gran fábrica del mundo, está teniendo efectos sobre los suministros procedentes del gigante asiático para las empresas valencianas. No obstante, también se están generando oportunidades de negocio impensables hasta hace unos meses. China está medio parada y sus clientes buscan alternativas para mantener la actividad. Esta fue la principal conclusión de la reunión que ayer tarde mantuvo la secretaria autonómica de Economía, Rebeca Torró, con representantes, en su mayoría técnicos, de los principales sectores de la economía autonómica, tales como el textil, el juguete, el metal o el mueble.

La reunión tenía por objetivo analizar el impacto del coronavirus y la conclusión primera expresada por Torró al término de la misma es que la «situación es volátil» y que hay que tener prudencia, pero que «algunos sectores empiezan a tener problemas de suministro». La secretaria autonómica no precisó qué actividades son las más damnificadas, porque afirmó que «es más bien una cosa de producto, no de sector, y de su relación con China».

Ahora bien, apuntó que las empresas ya están «buscando alternativas de mercado» para paliar la falta de producción procedente de China. En este sentido, dijo que se generan «oportunidades de nuevos clientes» porque empresas de otros países están en pos de proveedores ajenos a China «y eso puede beneficiarnos». La alimentación, el sector sanitario y el textil son algunas de las actividades que, según Torró, pueden obtener rendimientos de esta delicada situación.

En efecto, el secretario general de la patronal autonómica del textil Ateval, José Serna, explicó al término del encuentro que las firmas valencianas de esta actividad están recibiendo peticiones de precios por parte de firmas europeas que buscan de esta forma suplir en el continente los suministros que no pueden ahora obtener en el gigante asiático. Serna, por otro lado, precisó que el textil es muy dependiente de ciertas materias primas producidas en China, como el poliester para fabricar diversas prendas y tejidos, pero añadió que, en estos momentos, no hay un problema de suministro relevante, dado que muchas empresas tienen stocks de entre dos o tres meses. Las dificultades, por tanto, vendrán si la situación se alarga mucho.

Cómo afecta el coronavirus al juguete y el calzado

En el juguete, por contra, las carencias ya están aquí, dado que, según Oliver Giner, de la patronal AEFJ, los servicios desde China están llegando con entre dos y seis semanas de retraso. Este técnico explicó que los efectos del coronavirus son mayores en las empresas que están volcadas en la fabricación de productos para verano mientras que las especializadas en objetos para navidades y Reyes disponen de más tiempo. Un claro ejemplo son los hinchables, cuya producción se deslocalizó a China.

Por su parte, Marian Cano, presidenta de la patronal del calzado, se mostró mucho más cauta. Afirmó que las empresas acaban de regresar de la temporada de ferias y van a empezar a producir los pedidos logrados. Será a partir de este momento cuando calibrarán el alcance del coronavirus y en especial si se reactiva o no el trascendental consumo chino de zapatos.

El director general de Trabajo de la Generalitat, Gustavo Gardey, confirmó a este diario que, por el momento, ninguna empresa valenciana se plantea la presentación de expedientes de empleo.