El desplome del turismo por el coronavirus ha provocado que decenas de propietarios de pisos turísticos se estén pasando al alquiler residencial. En las últimas 24 horas, el portal Idealista ha tramitado el alta de unas sesenta viviendas para el mercado del alquiler solo en la ciudad de València y al menos una decena de viviendas ha registrado una rebaja del precio de entre el 20 % y el 39 %. El ejemplo más gráfico es la oferta de los propietarios de un piso en la calle Caballeros número 15 de València que ha pasado de costar 2.300 euros al mes a 1.400 euros. Los dueños justifican así la reducción: «Bajamos el precio para que pueda disfrutarlo alguien que necesite estar aislado, alguna persona que se haya quedada atrapada en España o periodistas que necesiten un centro (de trabajo) cerca del Palau de la Generalitat. Se trata de un maravilloso piso en el corazón de València. Destinado al alquiler de temporada».

Vicente Díez, portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API), explicó que «los pisos turísticos han tenido una avalancha de anulaciones en Fallas. La caída de la demanda ha sido prácticamente del 100 %». Coincidiendo con esta situación, las ofertas de viviendas en alquiler se han multiplicado en el segmento residencial. En las últimas horas es posible alquilar un piso de 75 metros en la calle Literato Gabriel Miró por 850 euros frente a los 1.200 euros que los propietarios pedían hace unos días (una rebaja del 32 %). La vivienda tiene 76 metros cuadrados construidos y es de 1965.

En la calle Poeta Llombart número 4 (que está junto al Mercado Central, uno de los enclaves de este tipo de inmuebles turísticos) una vivienda de 52 metros cuadrados y una habitación ha pasado de costar 1.100 euros al mes a 750 euros (un descuento del 32 %). En la oferta, actualizada el 17 de marzo, va incluido el uso del wifi y de «toallas grandes y pequeñas, sabanas, edredón y almohadas».

El piso de la calle Caballeros número 15 que ahora cuesta un 39 % menos que hace unos días también ofrece «un par de rollos de papel higiénico, toallas y sábanas», que es el equipamiento básico de los pisos vacacionales. La vivienda tiene 135 metros cuadrados, tres habitaciones, dos baños y balcón, y dispone de «nevera, lavadora, secadora, lavavajillas y cafetera».

Según datos oficiales de la Generalitat Valenciana, en la ciudad de València hay 5.771 pisos turísticos registrados. El alquiler tradicional ofrece una rentabilidad anual de entre el 4 y el 5 % y los inversores en pisos turísticos buscan un retorno de entre el 12 y el 15 % al año.

Curso interrumpido

La situación también está afectando a los pisos de estudiantes por los universitarios del programa Erasmus que han vuelto a sus países por la crisis sanitaria que se vive en España. Un propietario oferta en la calle Serpis (que está junto a la Politècnica y al campus de Tarongers) una vivienda de 130 metros cuadrados con un descuento del 27 % «para la temporada del 15 de marzo al 31 de julio». El piso, de tres dormitorios, se anuncia como un «una vivienda ideal para estudiantes» y la renta cuesta ahora 800 euros.

Sin salir de la calle Serpis, es posible alquilar otro inmueble de 75 metros cuadrados con un veinte por ciento de descuento. El alquiler ha pasado de costar 1.000 euros a 800 euros. Los propietarios advierten de que la oferta solo es para «estudiantes, jóvenes profesionales y trabajadores».

En cualquier caso, la actividad inmobiliaria está prácticamente paralizada desde hace una semana. El impacto del coronavirus se ha notado sobre todo en la audiencia de los portales inmobiliarios. Según los responsables de Fotocasa, las visitas han bajado un 10 % de media. Las visitas físicas a las viviendas también están paralizadas de momento, según subrayan las inmobiliarias valencianas.