El número 2 de la Policía Nacional, el comisario José Ángel González, reveló ayer una nueva variante del fenómeno de los que violan los confinamientos: el de los enfermos que se fugan del hospital. González denunció «varios casos» de pacientes ingresados en hospitales que abandonan el centro sin recibir el alta. Se trata de un suceso grave en la cuarentena, pues redobla la labor policial: «Eso implica un grandísimo trabajo de localización y de trazabilidad, con qué taxi se han ido...», lamentó.

Fuentes policiales consultadas explican que se trata de una conducta mayoritariamente detectada en Madrid, y movida en la mayoría de las ocasiones «más por pánico que por insolidaridad», dada la situación en el interior de los hospitales. El mal del coronavirus evoluciona en algunos casos de forma engañosa, dándole al enfermo una sensación de mejoría pasados unos primeros días, para agravarse inmediatamente después. Algunos de los fugados se van en ese periodo de falsa sensación de curación.

En ese sentido, agentes de la Policía Nacional explicaron ayer que el pasado domingo localizaron a un hombre de 82 años ingresado por coronavirus que se había escapado del hospital IMED de Benidorm y que se había vuelto a su casa. El hombre accedió voluntariamente, tras hablar con los sanitarios, a regresar al hospital en ambulancia y no fue detenido.

Para el comisario principal de la Policía, la cifra de detenciones de irresponsables «ha quedado estabilizada. Pensábamos que iba a haber un incremento», dijo. Este lunes fueron 61los detenidos por policías nacionales, que instruyeron además 6.000 actas de denuncia por desobediencia.

La Guardia Civil, por su parte, informó de que está superando las 3.000 multas diarias por «conductas irresponsables e insolidarias». El general de Brigada José Manuel Santiago, defendió que estos números demuestran que «todavía hay un camino que recorrer para que algunas personas se conciencien».