Los estudiantes de 2º de Bachillerato se encuentran estos días en una difícil situación: la incertidumbre que generan el actual estado de alarma, la suspensión de las clases y el aumento de casos de Covid-19, que se suma a unos nervios que ya sienten por afrontar un cambio vital.

Hoy, las consellerias de Educación y Universidades participarán en la Conferencia de Educación, que se celebrará telemáticamente con los responsables del resto de las autonomías y de los ministerios, en la que se decidirá la fecha de las aplazadas Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU). El conseller de Educación, Vicent Marzà, adelantó ayer que propondrá que las pruebas se realicen a finales de junio o principios de julio, dos o tres semanas después de la fecha prevista, que era del 9 al 11 de junio para la primera convocatoria en la C. Valenciana.

Una de las estudiantes que espera la decisión es Bea Henry, alumna del IES Ramon Muntaner de Xirivella. Explica que no saben cómo van a llevar lo que falta de curso y que se sienten bastante inquietos en su clase porque Aules -el portal de la conselleria- aún no funciona, por lo que los compañeros comparten material interesante que encuentran en internet, como vídeos de Youtube, mientras el profesorado «averigua cómo llegar» a ellos. En su opinión, lo más razonable sería aplazar las PAU «un tiempo prudencial, pero no hasta agosto o septiembre» y tener clases por videoconferencia.

Esto es precisamente lo que tienen Ronte Montoya y Samuel Gabaldón, de los colegios Escola Pia y Escolapias de Gandia, respectivamente, que han mantenido más o menos su horario con videoconferencias. Según Montoya, la situación les ha «chocado bastante»: «nunca nos hubiéramos esperado una suspensión de clases, estar encerrados en casa... no sabemos cómo afrontar esto y lo intentamos llevar lo más normal posible». Según la joven, lo que ocurre es «una preocupación de más para quienes luchan por la máxima nota». Para Gabaldón, además,lo ocurrido ha desmontado «los planes de muchos estudiantes», pero reconoce con resignación que todos están en la misma situación. «Al principio nos sirvió para ponernos al día, pero ahora estamos un poco estresados», dice.

Por su parte, Roser Martorell, del IES Consol Aranda de Alberic, detalla que ella se ha marcado una rutina de estudios y pide que los docentes se coordinen, para no tener una carga excesiva de deberes entre todas las materias. Para ella, sería «primordial» tener clase en vídeo y material en Aules. «No nos acabamos de creer lo que está pasando, es un momento histórico», reconoce.

Los cuatro estudiantes coinciden en que sería injusto suspender las pruebas que marcarán su futuro y tampoco ven factible -aunque sí les ayudaría-, que se recorte temario.