El Juzgado Togado Militar Central, con sede en Madrid, asumirá la investigación de las presuntas amenazas y delitos contra la integridad moral de los que un sargento de la Guardia Civil de Paiporta ha acusado judicialmente a su comandante y máximo responsable de esa compañía del instituto armado, tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV.

Así lo ha decidido la jueza de Instrucción número 1 de Torrent, receptora de la denuncia y que ya estaba sobreaviso de la situación, ya que es la magistrada que está dirigiendo las diligencias por presunto fraude contra la empresa de material sanitario a la que el área de investigación de Paiporta, mandada por el sargento, intervino abundantes cajas de mascarillas e hidrogeles, ofertados por las farmacias a precios desorbitados, nada más comenzar el estado de alarma.

Es precisamente esa investigación, tal como informó ayer este diario, el origen de la denuncia que ha terminado presentando ante el juzgado el suboficial, después de que, según afirma en ese texto, su superior, el comandante de Paiporta, tratase de frenarla, primero, diciéndole que no continuase adelante, y de apartarle para asumirla él personalmente, después.

Dado que los dos delitos habrían sido cometidos en el ejercicio del mando y que se trata de miembros de la Guardia Civil, sometidos a la jurisdicción militar además de a las leyes ordinarias, la jueza de Torrent ha decidido inhibirse en favor de los juzgados togados militares. Y, además, lo ha hecho en los centrales por el empleo de oficial del denunciado -es un comandante-.

La Justicia militar dispone de dos juzgados centrales, ambos en Madrid, y aunque el asunto vaya a reparto, lo más probable es que acabe sobre la mesa del juez togado militar central número 2, que es quien ya está investigando al mismo comandante por supuesto acoso a su entonces subordinado, un capitán, de baja desde hace más de un año por ese conflicto.

En este momento, ya hay tres mandos de baja por el supuesto trato recibido por parte del responsable ahora denunciado. El capitán, el teniente que lo sustituyó -de baja desde septiembre pasado- y, ahora, el sargento, que sustituyó a su vez como jefe del puesto de Paiporta al teniente. Todos ellos han denunciado -dos a través de los juzgados y los tres, por conducto reglamentario-.

De momento, el comandante únicamente ha cumplido una sanción disciplinaria de suspensión de funciones durante tres meses, a raíz de la información reservada y posterior expediente que generó la denuncia del capitán.

Según algunas fuentes, el comandante habría contraatacado querellándose a su vez contra el sargento, aunque este periódico no ha podido verificar esa denuncia.