El nuevo protocolo activado por la Conselleria de Políticas Inclusivas para facilitar a las familias la posibilidad de sacar a sus mayores de las residencias de forma rápida, sin perder la plaza y en condiciones de seguridad pese a la crisis sanitaria está desembocando en un lento pero constante goteo de peticiones. En apenas seis días desde que la regulación obtuvo luz verde -el pasado 31 de marzo- ocho ancianos se habían acogido hasta ayer a esta fórmula para causar su baja voluntaria de los centros dependientes de la administración autonómica.

Según los datos que facilitó ayer la conselleria, cinco solicitudes de abandono se han contabilizado en la provincia de València, dos en la de Alicante y una se ha registrado en la de Castelló.

El protocolo establece una serie de medidas para minimizar el riesgo de contagios y autoriza la marcha de los usuarios sanos a los domicilios de sus familiares siempre y cuando se garantice el adecuado cuidado y bienestar de los mayores y se recaben los oportunos consentimientos. La norma, que no implica la pérdida de la plaza, permite liberar espacio en los centros de la tercera edad en un momento en el que todos los esfuerzos están volcados en contener el avance de la pandemia del coronavirus, que ya ha penetrado en un centenar de residencias de la C. Valenciana y ha infectado a un millar de sus usuarios y a 206 trabajadores.

El último recuento oficial ofrecido por la Conselleria de Sanidad eleva a 166 la cifra de fallecidos en las instalaciones de mayores, donde han muerto 35 residentes en el último fin de semana, el 16% del total de defunciones contabilizadas en dicho periodo en todo el territorio valenciano. Aunque el ritmo de afección se ha ralentizado, el número de contagios en residencias entre el viernes y el lunes volvió a incrementar un 31%, un porcentaje que dobla el aumento de los positivos registrado en la Comunitat Valenciana en términos globales.

En mayor o menor medida, la epidemia está presente en uno de cada tres geriátricos. Once de ellos han tenido que ser intervenidos y medicalizados por la Conselleria de Sanidad (cuatro en la provincia de Valencia, otros cuatro en la de Alicante y tres en la de Castelló) debido a la presencia de brotes con especial incidencia. Según las últimas informaciones, en la residencia de Alcoi el número de fallecimientos alcanzaría ya los 40, mientras que en la de Morella se han producido once. Ayer, la UME centró sus trabajos de desinfección en profundidad en dos de estos centros: uno en Ayora y otro en València (l'Acollida).

Estudio de traslados caso a caso

En los complejos intervenidos, donde está programándose el reagrupamiento de afectados procedentes de otras residencias donde hay pocos casos, el personal sanitario vigila a diario «caso por caso» el estado de salud de los residentes.

Según aclaró ayer la consellera de Sanidad, Ana Barceló, «se está haciendo una evaluación individual para tener la certeza de la situación clínica de cada residente». «En función del criterio médico, se acuerda si se queda donde está porque hay medios y espacios suficientes para asegurar que no hay más contagios, si debe ir a otra residencia con más medios o si ingresan en el Hospital», concluyó Barceló.