Además, varios hospitales han dado un paso más y han iniciado sus propios estudios serológicos (con otro tipo de pruebas más amplias e incluyendo también a asintomáticos) para saber no solo si han tenido o tienen la enfermedad sino para discriminar si la tienen en ese momento activa o ya la han pasado. La consellera de Sanidad, Ana Barceló, aseguraba ayer mismo que no era el momento, sin embargo, de generalizar estos estudios de seroprevalencia que estos centros han iniciado motu propio superando las recomendaciones de los protocolos oficiales del Ministerio de Sanidad.

Hasta ahora la única prueba disponible -y que también ha tenido problemas de suministro- ha sido la prueba en laboratorio PCR (reacción en cadena de la polimerasa) que se hace a partir de una muestra de esputo o exudado de la nariz o de la faringe. Es la más fiable pero consume muchos recursos y necesita de varias horas de trabajo en laboratorio. Con ella se buscan «trozos» de la proteína del virus, es decir, se busca al virus en los pacientes por lo que detecta a personas con la enfermedad activa, normalmente cuando ya tiene síntomas.

Para evitar el desabastecimiento, la prueba se restringió al ámbito hospitalario y solo a pacientes con síntomas graves y a profesionales con síntomas o que habían estado expuestos directamente e incluso tampoco en estos casos, tal como han venido denunciando los profesionales mandados a confinamiento sin pruebas. Tampoco las personas que están confinadas en casa con síntomas leves han tenido acceso a las pruebas a partir de mediados de marzo.

Ahora, con la llegada de los test rápidos, la realización de pruebas generalizadas ha empezado en varios hospitales aunque las diferencias entre centros son acusadas. Mientras en algunos se va a hacer pero siguiendo a rajatabla el protocolo del Ministerio de Sanidad que reserva el test rápido para las personas con síntomas, hay otros que van a empezar a hacer test serológicos masivos por su cuenta a personas con y sin síntomas.

Buscando la enfermedad activa

Así, centros como el Hospital de la Ribera, el Hospital La Fe o el Hospital Doctor Peset han empezado a recoger pruebas de sangre de todo el personal de varios servicios críticos para hacer pruebas globales incluyendo a todo el personal independientemente de que tengan o no síntomas. Además, en estas iniciativas no se va a utilizar de forma única los test rápidos sino que en algunos centros como el Peset o Alzira se va a dar un paso más y se van a hacer pruebas serológicas más completas que no dirán solo si la persona ha tenido o tiene la enfermedad sino que especificarán si la enfermedad está activa en ese momento o se ha superado ya.

Los test rápidos recibidos desde el ministerio solo necesitan de una gota de sangre y, en 15 minutos, revelan si la persona ha desarrollado anticuerpos contra la enfermedad. El problema es que en los días iniciales, el cuerpo puede no haber desarrollado aún antígenos de ahí que se recomiende solo en personas con síntomas y hacer PCR de confirmación si da negativo. Si son positivos, tampoco ofrecen un detalle de si la persona ha estado contagiada pero ha pasado la enfermedad o si aún lo está y todavía es contagiosa.

Es por ello que estos centros hospitalarios hayan optado por pruebas serológicas determinando parámetros IgM (enfermedad activa) e IgG (enfermedad pasada) para tener una foto real de contagios entre el personal.

Distorsión en la curva de casos

El resultado de este aumento de pruebas, necesarias para controlar los nuevos contagios y evitar brotes en hospitales o residencias, es un nuevo aumento de la curva de nuevos casos positivos y una distorsión en las cifras que hará difícil una comparativa a largo plazo. Ayer se superaron de nuevo los 200 nuevos contagios, 211, y la cifra seguirá subiendo pero hay que tener en cuenta que sabiendo cómo funcionan los test rápidos o las pruebas serológicas puede que no se trate de nuevos contagios reales sino personas positivas que incluso hayan pasado ya la enfermedad.

De esta forma, la consellera Ana Barceló recordó ayer que las cifras a las que había que prestar atención son las de las dos curvas siguientes: hospitalizados y personas en UCI y estas, un día más siguen bajando.

Ayer había 1.344 personas ingresadas, 68 menos que un día antes y, de ellas, 301 en alguna UCI, cuatro menos que un día antes. La curva que aún no baja -la consellera dijo desconocer cuánto sucederá- es la de fallecidos. Ayer se registraron otras 38 muertes, 21 de ellas en ancianos de residencias que ya acumulan un tercio de las 945 muertes totales de esta pandemia.