Ximo Puig suele tomar notas en unas hojas de un amarillo intenso. Sobre la mesa de su despacho, entre informes y borradores de discursos, baila estos últimos días una de estas hojas con el esbozo de lo que podría ser «el gran acuerdo valenciano» para la reconstrucción tras la pandemia.

El jefe del Consell planea una estrategia con tres frentes: uno, político; otro, social, y un tercero, institucional. La filosofía es implicar a los colectivos civiles e ir más allá de un acuerdo entre los principales grupos parlamentarios. «El objetivo no es un acuerdo de fuerzas políticas, sino de sociedad, que incorpore también a los agentes civiles y al poder empresarial. En un momento como el actual, conviene sumar el mayor número de voces y no quedarse en el bloque político», señala un colaborador del president.

No lo explicita, pero parece obvio que la intención es no tomar como modelo el esquema que se ha impuesto en España, de cara a la reedición de los pactos de la Moncloa que pretende Pedro Sánchez. El debate del acuerdo estatal ha acabado en una comisión en el Congreso de los Diputados, donde los grupos presentarán sus propuestas y el resto las enmendarán según el funcionamiento habitual de estos órganos hasta acabar, o no, en un documento final.

Un plan con tres ramas

Puig parte con un clima de concordia en el combate contra la pandemia que no se observa en Madrid, donde la tensión crece cada día. Así, el plan del Palau pasa por abrir un espacio de discusión política entre Consell y partidos en una comisión parlamentaria, que a su vez se sustentaría sobre otra de estudio donde tendrían un papel expertos.

Un segundo frente sería una mesa de diálogo social con los principales agentes y donde estaría también representada la sociedad civil.

La tercera senda hacia el «gran acuerdo» (sin bautizar, de momento) sería institucional. El jefe del Ejecutivo valenciano considera que los ayuntamientos y las diputaciones han de tener su voz. La Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) y los presidentes de las corporaciones estarían en ese espacio, según el borrador al que ha tenido acceso Levante-EMV. Si lo que importa es el fin, la certificación de un frente y una estrategia comunes para el día después del coronavirus, Puig y el líder autonómico de Ciudadanos parecen estar más cerca que nunca. La propuesta para el pacto por la recuperación que Toni Cantó planteó ayer coincide con la del presidente de la Generalitat en invitar a la mesa a la sociedad civil.

La fórmula sugerida por Cantó es la de una comisión mixta entre el Consell, las Corts, los agentes sociales y los expertos.

El síndic de la formación naranja fue el primero en lanzar la propuesta de un acuerdo valenciano de reconstrucción el pasado día 13. Ayer celebraba la cierta concordia general para poder alcanzar el objetivo. El único camino, en opinión de Cantó, es del centro, lejos de extremismos. Los ejes del debate han de ser, según su plan: sanitario, económico, social y europeo.

Una de las principales preocupaciones que han manifestado tanto Cs como el PP es la de reorientar los presupuestos de la Generalitat. Cantó insistió ayer en un fondo de contingencia de 3.000 millones de euros a partir del adelgazamiento de la estructura de cargos públicos. Isabel Bonig se refirió el miércoles en la tribuna de las Corts a un cambio más radical: la negociación de «un presupuesto de legislatura», plurianual. Será uno de los primeros aspectos de debate.

La líder del PP también aboga por implicar a la sociedad civil en el acuerdo general para la reconstrucción, pero su fórmula bebe de la doctrina de Pablo Casado, que desvió los nuevos Pactos de la Moncloa hacia una comisión en el Congreso de los Diputados. Bonig presentó ayer un escrito a la Mesa de las Corts en esa línea. Propone la creación de una comisión de estudio no permanente para el pacto «por la reactivación de la Comunitat Valenciana». Pide que en ella comparezcan los representantes de la sociedad civil y que concluya sus trabajos en dos meses. El plazo, no obstante, de estas comisiones es ampliable: sucede a menudo. Y reclama que la Mesa lo aborde en su primera reunión (el lunes próximo).

PP y Cs han sido las primeras formaciones en mover ficha de cara al posible «gran acuerdo valenciano». Compromís manifestó algún recelo el miércoles en el hemiciclo («No necesitamos fotos. Otros pactos han servido para recortar derechos», dijo Fran Ferri). Con todo, se entiende tanto la formación de Mónica Oltra como Unides Podem abrazarán la agenda de Puig.

De momento, el president prevé dialogar en las próximas horas con Bonig y Cantó (por separado) de cara a afianzar el posible pacto. Por ahora, la sintonía gana.