El grupo de Protección Civil tiene una larga tradición en Sagunt, que le ha servido para convertirse en estos tiempos de crisis en los chicos de los recados esenciales. Después de años con presencia constante en casi cualquier acto público, este cuerpo ha dado respuesta durante estas últimas semanas a todo tipo de requerimiento, desde repartir la publicidad con el número de teléfono que tiene habilitado el ayuntamiento para atender las necesidades del vecindario hasta convertirse en un mecanismo imprescindible en la maquinaria para suministrar miles protecciones faciales.

El coordinador del grupo, Ximo Martínez, reconoce que «hacemos mucha faena que no se ve y alguna vez hemos tenido que esperar horas para que nos suministren el material que luego repartimos, pero es un trabajo satisfactorio por el agradecimiento de la gente que nos encontramos».

Los casos que se les han presentado a los voluntarios de Protección Civil en estos días son innumerables, pero algunos que no olvidarán son la emoción hasta las lágrimas de una farmacéutica o la sorpresa de un comerciante al que entregaron una protección facial que no había pedido. Pero los voluntarios también son objeto de la generosidad para desarrollar su tarea, como el arreglo de una pinchazo en su vehículo o la desinfección con ozono.

Como parte de la red de Emergencias, los desplazamientos hasta Quart de Poblet para recoger material sanitario son habituales en jornadas que se pueden prolongar cerca de 12 horas, porque implican el posterior traslado a centros de día y residencias de mayores de todo El Camp de Morvedre, como Sagunt, Canet d'En Berenguer, Quartell, Estivella o Algímia d'Alfara, pero también de Albuixech o L'Eliana.

Entre las colaboraciones de las que más satisfechos están en la Protección Civil de Sagunt destacan los colectivos de makers activos en la comarca, que desarrollan máscaras de protección especializadas «no solo sin cobrar nada, sino poniendo dinero de su bolsillo», según destaca Martínez. Esta labor de reparto empezó en los centros sanitarios y se ha ido ampliando a farmacias, mercados municipales, hornos, estancos, ópticas y un sinfín de comercios.

Equipo básico

Esta época de excepcionalidad ha hecho que el grupo se reduzca a tres o cuatro voluntarios, aunque su característico color naranja brilla más que nunca.