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Gandia, avanzadilla de la fase 1

Así ha sido la primera semana de apertura de locales comerciales y terrazas en la capital de la Safor, una situación que desde mañana se extiende a toda la Comunitat Valenciana - Los bares han trabajado mejor que los establecimientos comerciales

Gandia, avanzadilla de la fase 1

Gandia ya ha vivido lo que previsiblemente ocurrirá en buena parte de la Comunitat Valenciana a partir de mañana. El anuncio, hace una semana, de que el área de salud entraría en fase 1 se acogió con alivio y esperanza, al contrario que en los territorios que se quedaban en fase 0, donde cayó como un jarro de agua fría, sobre todo entre los hosteleros que ya tenían las neveras llenas.

Desde el punto de vista sanitario el mismo lunes hubo un pequeño susto ya que, mientras se brindaba en las terrazas, Sanidad notificaba cinco nuevos casos. Hasta el jueves ha habido 12 positivos más respecto del lunes, así que no hay que bajar la guardia. Pese a ello, el departamento sigue siendo el de menor incidencia de covid-19 en toda la Comunitat Valenciana, con un acumulado de 256 contagios desde marzo.

Pero la actividad económica, no acaba de despegar. La propia normativa es ya de por sí un corsé importante. En cuanto a los hosteleros, la mitad prefirió reservarse para la fase 2, que podría llegar el 25 de mayo, cuando puedan colocar mesas en el interior. El comercio minorista respondió mejor: abrió un 80% de establecimientos, según cálculos del ayuntamiento. Y todos lo han hecho llevando a la práctica los consabidos protocolos de higiene y seguridad, como el control de aforo, que advierten con grandes carteles en la puerta, tras haberse preparado en los días previos.

El lunes, la calle Major, la principal arteria comercial de la ciudad, amaneció con otro color tras dos meses en silencio. Iba a ser un día especial. A las diez de la mañana se levantaban las persianas y llegaban los primeros clientes, muchos con la lección aprendida: mascarilla y distancia social.

Por la tarde el foco giró a las terrazas de bares y cafeterías: en las calles de Gandia había casi tanta gente como un sábado. La euforia por salir fue tal que apenas se cumplieron las normas. Las escenas de aglomeraciones y corrillos también se repitieron en los pueblos de la comarca y preocuparon a los alcaldes, que ordenaron a sus policías locales poner coto a unos desmadres impropios de la transición a la «nueva normalidad». Pero, a falta de lo que ocurra este fin de semana, conforme han pasado los días ha ido reinando el sentido común y la cautela.

La meteorología ha ayudado a esa sensatez. No ha hecho frío, pero tampoco un tiempo primaveral que invitara a sentarse en una terraza. Pero se ha hecho porque han primado las ganas por disfrutar de ese primer café de máquina o esa cerveza de tirador por primera vez en casi dos meses. La lluvia obligó a desmontar las mesas durante tres jornadas, el jueves por la mañana, el viernes a última hora de la tarde y ayer.

La presencia policial se ha ido incrementando. Los agentes han pasado de controlar la movilidad en la Gandia confinada a ser visitadores de comercios y terrazas. Les informan de la normativa y comprueban si todo está correcto. Lo hacen incluso con «seg-ways», para desplazarse más rápido. En las terrazas controlan especialmente que no se sienten más de cuatro personas por mesa, en caso contrario no dudan en sancionar tanto a los clientes como al propietario del local.

A la cafetería-restaurante Primera Estació no le ha ido mal. Ha dado muchos servicios de comidas, algo que en condiciones normales, entre semana, no era tan habitual. El gerente, Ferran Fuster, lo achaca a los reencuentros entre amigos. «También detectamos que por la noche los clientes se van pronto a casa, estamos cerrando sobre las diez», comenta.

Y constata que separar las mesas da más seguridad: «Creo que la gente ahora está buscando eso, bares donde no haya masificaciones y se limpie constantemente». En el Café dels Somnis su propietario, Fernando Morant, también ha trabajado bien, «mejor de lo que tenía previsto», resume, y añade que los incumplimientos están llegando sobre todo por el lado de los clientes. «Tengo que estar pendiente de que no se junten mucho, pero es no es fácil». Entre otras medidas para esta nueva situación, ha incorporado un código QR en las mesas para acceder a la carta desde el móvil.

¿Y qué ha pasado con el comercio? En la zapatería Tope Shoes, en la calle Major, se han dedicado más a limpiar que a vender. «Pensaba que íbamos a empezar más fuertes, pero no, ha habido días que he vendido tres o cuatro pares, y eso no compensa», explica el gerente, Juan Peiró. El gran problema es el «stock» acumulado.

Es pesimista para el verano, sobre todo por la cancelación de comuniones, bodas, eventos sociales o las fiestas de los pueblos. «Los zapatos de vestir no tendrán salida, se venderá alguna deportiva, sandalia, mocasín, pero va a sobrar mucho género», barrunta. En cuanto al comercio electrónico, tampoco ha notado un aumento en su «web» en dos meses.

Francisco Illans, con una tienda de complementos y artículos de piel, coincide en la caída de ventas: un 75% menos respecto a una semana de mayo del año pasado. «Eso es mucho». El lado positivo es que la manera de comprar ha cambiado. «Los clientes están muy concienciados sobre el uso de la mascarilla y no toquetean tanto los productos», apunta.

Otro factor de este arranque a medio gas lo aporta el presidente de la cooperativa comercial Centre Històric, el farmacéutico Pedro Izquierdo: «Todavía no ha venido la clientela del resto de la comarca». Por otra parte, está «radicalmente en contra» de que se prohíban las rebajas: «En el pequeño comercio podemos garantizar que no habrá aglomeraciones».

El Gobierno de Gandia anunció que cerrará al tráfico las principales vías para favorecer la distancia social. También decidió mantener cerradas buena parte de instalaciones municipales, incluso aquellas que podría haber abierto, como el polideportivo.

Y se han multiplicado las solicitudes para ampliar terrazas. «Estamos haciendo un esfuerzo considerable, porque hemos dado flexibilidad para ocupar la calzada», explica el concejal de Comercio, Ferran Martínez. El edil advierte que «muchos ciudadanos han confundido este cambio positivo de fase con el final de la crisis sanitaria, y no es así».

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