Muchos usuarios del mayor geriátrico público de la Comunitat Valenciana, el de Carlet, no aguantan más confinados en sus habitaciones. Mientras el resto del territorio valenciano y buena parte del europeo debate como ajustar el calendario de la llamada desescalaba para devolver en parte la libertad perdida durante el Estado de Alarma, algunos residentes del macrocomplejo enclavado en la Ribera Alta reprochan que no se les permita, con las debidas precauciones, acceder con mayor asiduidad a las zonas comunes e incluso a los jardines del recinto para que puedan tomar el sol y el aire, sobre todo cuando no contradicen las directrices establecidas por la Conselleeria de Igualdad y Políticas Inclusivas.

El departamento que dirige la vicepresidenta Mónica Oltra emitió una circular a principios de mayo en la que determinaba que aquellos residentes de mayor edad y grandes dependencias deben «permanecer la mayor parte del tiempo en sus habitaciones y evitar, en la medida de lo posible, los espacios comunes». No obstante, la propia conselleria matizaba que esta medida no implicaba «un confinamiento total de estas personas y, mucho menos de todas las personas residentes».

«Esto resulta muy pesado»

Los usuarios de Carlet con menores problemas de movilidad y mejor estado de salud reivindican que les dejen salir con mayor asiduidad de sus habitaciones «para disfrutar de mayor libertad siempre que se respeten las distancias recomendadas y se vigile el cumplimiento de las normas para evitar riesgos». Ese grupo de residentes reprocha que algunas habitaciones no tienen televisión y sin mayores entretenimientos encuentran «muy pesado», ahora que comienza el calor, que no se les permita salir a pasear por los jardines aledaños al recinto «bajo vigilancia y tomándose las precaciones oportunas».

El enfado es todavía mayor cuando conocen que la consellerua califica de «conveniente que salgan a espacios exteriores si la meteorología lo permite».