Un grupo de personas contrarias a la ley del Juego que se iba a aprobar ayer en las Corts se concentraron a las puertas del parlamento valenciano y en los aledaños para protestar contra la norma. Lo hicieron antes del inicio del pleno a la llegada de los diputados y del conseller de Hacienda mostrando su rechazo a la norma.

La votación llega a pleno en un momento tenso, después de que los diputados de los partidos de izquierda hayan denunciado presiones en redes sociales que han ido aumentando según se acercaba el momento de aprobar una ley que el sector asegura que va a provocar cierre de establecimientos. Los concentrados portaban pancartas en las que se leían consignas críticas con el Botànic.

El presidente de SOS Hostelería, Fidel Molina, rechaza que las máquinas tragaperras se tengan que activar con un mando a distancia y según sus cálculos la ley impedirá que uno de cada tres bares de la Comunitat Valenciana pueda abrir sus puertas.

«La derecha y la patronal»

«Se nos ha señalado, pero con todo su ejército de abogados (en referencia a la patronal del juego) y el apoyo de la derecha no van a poder tumbar la ley», asegura el diputado de Unides Podem Ferran Martínez. Graciela Ferrer, de Compromís, también denuncia que la derecha se ha sometido a las presiones del lobby del juego. Pero anuncia que «contra viento y sabotaje de la derecha ni un paso atrás en la nueva ley».

Vox, que ha anunciado que se va a abstener en la votación del jueves, y Ciudadanos han insistido en que la norma afectará a muchos negocios en un momento de crisis por la pandemia y el PP ha insistido en que el Consell no ha hecho nada en estos años para poner freno a los casos de ludopatía y añade que cuando la ley entre en vigor ningún derecho se va a proteger de forma inmediata.