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Oltra se suma a la pelea y aboga por suavizar el regreso del funcionariado

La vicepresidenta da por hecho que el Consell revisará el texto, pero el PSPV niega futuros cambios

Oltra se suma a la pelea y aboga por suavizar el regreso del funcionariado

El enfrentamiento interno entre los socios del Botànic Compromís y PSPV respecto al regreso al trabajo presencial de toda la plantilla de la Generalitat está lejos de agotarse. Las conselleries de Compromís que se han rebelado contra el acuerdo del Consell de hace una semana han sumado a su causa una aliada de peso: la vicepresidenta Mónica Oltra, quien ayer aseguró que el modelo promovido por la Conselleria de Justicia será revisado por el Ejecutivo. Ahora bien, Compromís no tiene ganada la guerra ya que Justicia no tiene intención de ceder.

La vicepresidenta Oltra sostuvo que el Consell reabrirá de nuevo el debate con el objetivo de compatibilizar el trabajo presencial y la vuelta a la normalidad con «la preservación de salud y la seguridad» y con las situaciones concretas de cada servicio. Esto es, abriendo la vía del teletrabajo. Tal como informó ayer este diario, el asunto generó una agria discusión el jueves durante la reunión de la subsecretarías previa al pleno. Los altos cargos de las distinas conselleries no lograron llegar a un consenso y el asunto quedó encima de la mesa a expensas de que un conseller (se señalaba a Rafael Climent, titular de Economía y responsables del área de Prevención de Riesgos) lo planteara.

La discusión se arrastra desde hace una semana y mantiene enzarzadas a las conselleries. El desacuerdo estriba en que la resolución promovida por la Conselleria de Justicia y avalada por el pleno obliga a la incorporación del cien por cien de la plantilla y obvia la opción del teletrabajo. Conselleries como Economía y Agricultura aprietan para que la incorporación sea gradual e incluya la opción de trabajo no presencial. La controversia ha llegado también al ámbito sindical. Intersindical y Csif están en plena guerra con Justicia y UGT ha acabado también solicitando flexibilidad a través de sus delegados de prevención.

El asunto no llegó al pleno del Consell, pero, según Oltra, se abordará en los próximos días. En su intervención, la vicepresidenta casi vino a dar por hecha la revisión, si bien no precisó si se modificaría el acuerdo del viernes pasado o se aprobaría un nuevo texto. Sin embargo, la paz en este asunto parece lejos de alcanzar.

Fuentes socialistas del Consell mantuvieron que, pese a la resistencia de los departamentos de Compromís, «no habrá ningún cambio sustancial» sobre lo acordado. La conselleria que dirige Gabriela Bravo se mantiene firme en que, salvo las personas vulnerables, el resto de empleados y empleadas públicas deben volver a sus puestos tal como, recuerdan, estaba planificado en una orden aprobada el 8 de mayo. Esta semana Bravo se lamentó de que, pese al tiempo transcurrido, algunos departamentos no hubieran cumplido con el acuerdo de mayo y planificado la vuelta al puesto con planes de contingencia que garantizaran las medidas de seguridad del funcionariado. La reflexión de Bravo sentó mal a las conselleries de Compromís. Ayer Oltra, en lo que sonó a respuesta a Bravo, mostró a los periodistas el plan de contingencia de su conselleria y subrayó que estaba hecho desde hace tiempo.

Desde Compromís se apunta que la orden de mayo hablaba de una vuelta al trabajo de un mínimo del 85 % de la plantilla y no del cien por cien y se quejan de que la alusión de otro decreto posterior del presidente sobre teletrabajo haya desaparecido. Las mismas fuentes insisten en que la propuesta de Justicia no fue revisada previamente por las conselleries y que el texto no estaba listo cuando llegó al pleno.

Oltra, que estos días se había mantenido al margen de esta polémica, entró ayer de lleno en la pelea. Mantuvo que lo primero es la salud y que a partir de ahí «caminamos hacia una mayor presencialidad». Defendió que a veces el teletrabajo es más eficaz. Puso por ejemplo su propio servicio de tramitación de la dependencia. En su opinión, el acuerdo del Consell permite «un encaje normativo mucho más maleable o voluble», ya que este acuerdo podría sufrir aún «diez o doce modificaciones», porque no se sabe cómo va a evolucionar la pandemia. Está por ver, si habrá o flexibilidad o hasta qué punto tensan la cuerda ambas partes.

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