Después de que en las últimas semanas se detectara un descenso en la edad de los contagiados por covid-19, las restricciones estudiadas -e incluso aplicadas- por las autonomías han virado hacia el ocio nocturno, espacio en el que se han detectado numerosos focos de contagios recientemente. En esta línea, este pasado lunes se conocía que el Gobierno murciano prohibía la apertura de locales de ocio nocturno, permitiéndose solo este en terrazas y exteriores con todos los clientes sentados y limitándose a un máximo de 15 personas el aforo en eventos de toda índole, una medida que siguió -de manera más laxa- Navarra, limitando el horario de cierre de los locales de ocio nocturno a la misma que el del resto de bares y restaurantes (hasta las dos).

Ante ello, este martes, Cantabria anunciaba que está estudiando limitar los horarios de apertura de los locales de ocio nocturno, asegurando que este no tiene que vincularse «exclusivamente al ocio juvenil». Pese a ello, el gobierno autonómico aseguró que no llevará a cabo, en cualquier caso, el registro de clientes en este tipo de establecimientos ya que resultaría «muy difícil».

Por su parte, Andalucía -que presenta en Córdoba un brote ligado a una discoteca que deja casi 100 casos ya- anunció que será la próxima semana cuando estudie si pone en marcha medidas similares a las de otras autonomías dada la importancia que los focos nocturnos están teniendo en los rebrotes.

Control en el ocio «privado»

Mientras, en Canarias, este martes su consejero de Sanidad, Blas Trujillo, resaltaba «el cumplimiento por parte de los empresarios de este importante sector -el del ocio nocturno- para Canarias que están colaborando con el Gobierno para que el ocio sea compatible con la salud». Ante ello, el titular sanitario aseguraba que su gobierno pondrá mayores esfuerzos en el ocio «no reglado», estableciendo un mayor control para «perseguir y sancionar duramente» las fiestas privadas.