Volvieron a sonar los clarines y timbales en una plaza de toros. Cabanes acogió este pasado miércoles el primer festejo taurino de la Comunitat en la época post-covid, marcado por las medidas exigidas por las autoridades para evitar contagios. El cámping Bravoplaya de Torre la Sal, ubicado en la Ribera de Cabanes, tuvo el honor de ser el escenario donde se realizó la primera celebración de la nueva normalidad taurina en la Comunitat, con las debidas restricciones de prevención y seguridad, como la limitación de aforo o el uso obligatorio de mascarilla, además del permiso otorgado por la Generalitat, que dio luz verde a la reanudación de los festejos taurinos el 17 de julio.

Por ahora, los acontecimientos con reses bravas se tendrán que realizar en recintos delimitados, como es el caso de la instalación turística del cámping Bravoplaya, que mantendrá las exhibiciones taurinas cada miércoles hasta finales de agosto.

Respecto a esta atípica vuelta a los ruedos, el ganadero Germán Vidal explica que «tras una larga espera, muy difícil de soportar, por fin vemos un pequeño atisbo de luz al final de un túnel largo y oscuro. El mundo del toro ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia y es una alegría enorme que se vaya recuperando la normalidad poco a poco», asegura Vidal.

En cuanto a si puede ser el punto de partida para adaptar la fiesta a estos tiempos de coronavirus, el ganadero manifiesta que «este es el ejemplo de que se pueden reactivar los festejos taurinos. Siguiendo las directrices marcadas por la Conselleria de Sanidad y guardando las distancias de seguridad ya no hay excusa para ir reanudando uno de los espectáculos con más seguimiento de la Comunitat como son los bous al carrer», afirmó.

Por otro lado, el gerente del cámping Bravoplaya, Fernando Fenollosa, comenta que tuvo que reducir el aforo de la plaza a menos de la mitad para cumplir con el protocolo marcado por Generalitat: «El coso tiene 900 asientos y solo nos permitieron 434 espectadores. De hecho, hubo gente que se quedó fuera y conforme unos iban saliendo, otros entraban, para garantizar la seguridad en la celebración», argumentó. «Durante el confinamiento los ganaderos han tenido que sacrificar a cientos de animales porque no tenían ingresos y no podían mantenerlos, ahora confío en que las instituciones y ayuntamientos ayuden a revitalizar la fiesta», apostilló.