Todos los esfuerzos del sector educativo se centran en garantizar la máxima presencialidad en las aulas a partir de septiembre, idea que se mantiene si la situación entonces es similar a la actual, apuntaron ayer los máximos responsables de Educación, el conseller Vicent Marzà y el secretario autonómico Miguel Soler.

El conseller señaló que la máxima prioridad es «garantizar la salud y seguridad en los centros educativos», «creando espacios saludables y seguros» y que la nueva organización para frenar la covid-19 (grupos «burbuja» hasta 2º de Primaria y distancia y mascarilla en el resto de niveles) se ha ideado teniendo en cuenta las indicaciones de Sanidad, para garantizar la «máxima trazabilidad» en caso de que hubiera un algún positivo en un centro. Tras esto, el segundo objetivo es que haya una enseñanza lo más presencial posible.

No obstante, ambos representantes también reconocieron que se trabaja en «todos los escenarios posibles», por lo que se han mejorado las plataformas digitales. Ahora, cada aula de Primaria tendrá un canal de videoconferencia en Webex (cuando se tenía uno por centro) y en el resto de niveles, uno cada profesor, afirmó Soler.

Con esto se garantiza que, si se diera un nuevo confinamiento (de toda la población o solo de una clase, un colegio o un municipio) y se suspendieran las clases presenciales, el alumnado podría mantener en casa su horario habitual, con una materia cada hora que el profesorado impartiría vía online. Además, también se continua ampliando la capacidad de Aules, otra de las plataformas incluidas en el plan Mulan, y se forma al profesorado a través de los Cefire, detallaron, por lo que, «si llega un momento de crisis, se podría pasar de un modelo a otro sin problemas».

100 % de presencialidad

Como explicaron Marzà y Soler, todos los centros son capaces de garantizar la presencialidad al 100 % en Infantil, Primaria y 1º de ESO , y en gran parte en 2º de ESO también. Además, muchos institutos también priorizarán 2º de Bachillerato y 4º de ESO. Asimismo, el conseller explicó que en los niveles en los que la presencialidad sea en turnos por falta de espacio, esto supone una oportunidad para una enseñanza «más personalizada y un avance en la adaptación de contenidos», pues los días que fueran a clase serían como mucho 15 alumnos, la mitad de la ratio máxima.