Que todos los recursos médicos se tengan que volcar, casi exclusivamente, en una enfermedad durante un tiempo demasiado prolongado tiene un coste y las consecuencias ya están apareciendo. Es la alerta que están dando los médicos de Atención Primaria que han empezado a detectar cómo diagnósticos de enfermedades graves que antes llegaban «a tiempo» se están retrasando por culpa de la sanidad «de guerra» que hubo que aplicar en plena pandemia y del colapso que ahora están teniendo en los centros de salud con el aumento de casos y la falta de personal, que deja menos tiempo para ver a pacientes con otras patologías.

«Está claro que en plena pandemia solo se veía lo muy urgente pero ahora, tampoco estamos teniendo todo el tiempo que querríamos para hacer seguimiento de nuestros pacientes crónicos y del resto de enfermedades que no son covid-19 porque no damos más de sí en las consultas», explica la vicepresidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, Svmfyc, M. Carmen Gallego. Y de aquellos polvos, estos lodos: «Estamos empezando a ver retrasos en diagnósticos de enfermedades graves como tumores que, en circunstancias normales, hubieran llegado antes», añade la doctora.

Especialistas consultados por este diario ratifican que los pacientes con otras patologías están «en desigualdad de condiciones» al estar las agendas repletas de pacientes covid-19 y tener que rastrear a los contactos al no haber suficiente personal ni rastreadores. «Lo están pagando nuestros pacientes crónicos, los paliativos que están en casa. Se está resintiendo su salud porque no llegamos y sí estamos viendo que algún diagnóstico importante ha llegado tarde». «Siempre hemos dicho que con la pandemia si hacemos seguimiento y rastreo y no podemos ver a nuestros pacientes se pierde la longitudinalidad, que es poder seguir las patologías del paciente un mismo médico. Si cada vez te ve un profesional, eso se pierde y es difícil llegar a un diagnóstico correcto», añade Gallego.

Una difícil desescalada

La intención de Sanidad era poner suficiente personal este verano para permitir las vacaciones y atender también a los rebrotes además de empezar a «desescalar» en los centros de salud volviendo a atender con la mayor normalidad posible a los pacientes no covid-19. La realidad es que los refuerzos no han sido suficientes porque se ha llegado tarde a contratar y, tal como ha reconocido la consellera Ana Barceló, las bolsas «están agotadas». Como consecuencia, el coronavirus sigue copando las consultas de los centros de salud.