Las crisis económicas -también las sanitarias- no golpean de la misma forma a toda la sociedad. Los colectivos más vulnerables suelen sufrir de manera más aguda los efectos. Es el caso de las personas con discapacidad, que en los cinco primeros meses de este 2020, marcados por la irrupción de la pandemia del coronavirus, han sufrido en la Comunitat Valenciana el mayor descenso de esta década en cuanto al número de contrataciones, según un informe presentado ayer por la Fundación Adeccco. En concreto, en el citado período se suscribieron en la autonomía 3.319 contratos a estas personas, un 27,5 % menos que en los cinco primeros meses del año pasado.

«Nos preocupa que la pandemia marque un punto de inflexión y se perpetúe esta tendencia negativa, produciéndose un retroceso en la igualdad de oportunidades y en la inclusión social y laboral que las personas con discapacidad habían ido alcanzando durante los últimos años. Ahora es el momento de ser consecuentes con la Agenda 2030 y no dejarles atrás en el proceso de recuperación económica, siendo el empleo la única alternativa», destacó Francisco Mesonero, director general de la fundación. El informe señala la situación de otros colectivos, como los mayores de 55 años o las familias monoparentales, en este caso para asegurar que el 87 % de las mujeres al frente de este tipo de hogares «ha visto seriamente afectada su situación laboral». La fundación apunta que, con la crisis del coronavirus, «el número de residentes en España en situación de exclusión social se elevaría a los 14,5 millones o, lo que es lo mismo, alcanzaría al 31% de la población, frente al 18,4% actual». De ahí que Mesonero asegure en la nota remitida por Adecco que «si no se acometen medidas urgentes, se desatará una hecatombe laboral que cronificará la exclusión social de los más vulnerables». Asimismo, reclama «despejar el futuro de los ERTE» para evitar que culminen en despidos u originen nuevas bolsas de pobreza.