La Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática señaló ayer que los trabajos de excavación llevados a cabo en el cementerio de Monòver durante este verano, con el objetivo de recuperar los cuerpos de 26 víctimas de la represión franquista, finalizaron hace unos días con la confirmación de que los restos fueron removidos en 1988 como consecuencia de unas obras para construir nuevos nichos en el propio cementerio. «Parece ser que en aquel momento las máquinas que hacían las obras removieron la tierra y esta contenía los restos de los cuerpos que fueron trasladados a un zona próxima a un camino, la cual posteriormente se asfaltó», señaló la consellera Rosa Pérez Garijo en un comunicado. En ese sentido, agregó que aunque ya han pasado más de tres décadas, se estudiará «si queda alguna vía legal para depurar responsabilidades sobre los hechos».

«Tristemente es habitual encontrarse con este tipo de actuaciones que impiden ahora las exhumaciones. Son la consecuencia de una política funesta respecto a la preservación de la memoria de las víctimas», comentó. Por su parte, el director general de Calidad Democrática, Iñaki Pérez Rico, mantuvo una reunión con los familiares de las víctimas, a quienes ha trasladado la decepción y el malestar, porque la excavación no haya permitido la recuperación de los cuerpos. Pérez Rico apuntó también que se han realizado hasta ocho catas arqueológicas en el área estudiada, donde se ha comprobado que no estaban los restos de las víctimas y se ha confirmado el movimiento de la tierra hace ahora más de treinta años. La conselleria y el ayuntamiento han coincidido en la necesidad de llevar a cabo la instalación de un memorial en el cementerio en recuerdo de las víctimas. Pérez Garijo se reunirá hoy con el alcalde Alejandro García, a quien trasladará la propuesta. «Vamos a trabajar conjuntamente para que haya un espacio de memoria, para que los familiares puedan tener el consuelo que merecen, y que no se olviden los nombres».