Los principales dirigentes del Partido Popular en la Comunitat Valenciana fueron alertados de que estaban siendo investigados y que iban a ser objeto de escuchas policiales y registros en los meses previos a que estallaran los casos Gürtel y Brugal, dos de los casos de corrupción que han afectado a la formación política que gobernó durante veinticinco o años la Comunitat Valenciana.

El autor de los chivatazos fue el entonces comisario José Manuel Villarejo, adjunto al DAO (Director Adjunto Operativo) de la Policía Nacional. Y sus servicios fueron contratados por la entonces secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, según consta en el resto del sumario del caso Kitchen, sobre el que esta semana se ha levantado el secreto del sumario.

Según la información aportada a la causa judicial, la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, (de 2008 a 2018), y su marido, Ignacio López del Hierro, se habrían reunido en la sede central del Partido Popular de la calle Génova de Madrid para ofrecer a Villarejo -encargo que él aceptó- la ejecución de «encargos puntuales que serían sufragados con fondos del Partido Popular».

Los investigadores del caso Kitchen consideran así que «no puede descartarse que uno de estos encargos estuviera directamente o indirectamente relacionado con la investigación policial y judicial del denominado caso Gürtel».

Villarejo se ganó el sueldo. Los investigadores del caso Kitchen han recabado las grabaciones en las que el excomisario «advirtió en sendas comunicaciones telefónicas con Ignacio López del Hierro acerca de la existencia de dos investigaciones penales amparadas por el secreto sumarial: la operación Brugal» del Juzgado de Instrucción n° 3 de Orihuela, y la rama valenciana de la operación Gürtel, sobre la intervención de teléfonos autorizada judicialmente en ambos procedimientos, y la directa implicación en los hechos de dirigentes de aquella formación política en ambas provincias, a los que advirtió de una investigación penal que les afectaría directamente, y en la que probablemente se autorizarían registros judiciales; información que, según se desprende del contenido de las conversaciones, le habría facilitado el comisario jefe de la UDEF en aquellas fechas, José Luis Olivera Serrano», según constata el titular del Juzgado central de instrucción de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, en un auto fechado el pasado 13 de marzo.

La causa recoge la transcripción de estas conversaciones entre el entonces comisario y el marido de la secretaria general del PP. El 21 de septiembre de 2009 Villarejo asegura a Ignacio López del Hierro: «También le advertí a Juan Cotino (entonces vicepresidente del Consell) de que había una investigación abierta, me parece que te lo dije a ti, del presidente de la Diputación de Alicante [José Joaquín Ripoll] (...) Hay una investigación abierta, tiene el teléfono pinchado y está entrando mucho Zaplana».

Villarejo no cesa de jactarse en esta conversación de las advertencias sobre el caso Brugal, meses antes de que se produjeran los registros. «De todas las maneras le he dicho a Juan (Cotino), háblate con el de la Diputación de Alicante y dile que tiene un marrrón, una historia de financiación. No lo sé exactamente porque es una cosa que yo no controlo. Me he enterado de puta chiripa. Esos tres datos se los di a Juan Cotino, pero vamos es bueno que también tu parienta lo sepa, lo sepáis vosotros...»

Apenas un mes después, el 16 de octubre de 2009, López del Hierro -marido de Cospedal- vuelve a llamar a Villarejo para preguntarle por «un tema muy gordo que están investigando los tuyos en Alicante».

El excomisario le refresca la memoria: «¿Te acuerdas que comentamos? Sí, hombre, el tema de las relaciones de Zaplana con el presidente de la Diputación de Alicante y todo eso. ¿Te acuerdas?». López del Hierro hace memoria. «Sí, sí. Pero como tenía el tiro dado hacia el otro sitio. ¿Ahí hay tomate?», se interesa. Villarejo lo tiene claro. «Sí, sí, allí hay tomate. Pero recuerda que yo te lo comenté al principio. ¿Te acuerdas que te dije: Zaplana...? (...) Era un tema que lleva muchos meses ya moviéndose. Y lo que pretenden un poco es que, indirectamente, contamine al que tenéis ahí de portavoz». Ninguno de los dos recuerda el nombre, pero el excomisario se refiere a Esteban González Pons que en 2008 había dado el salto a la política nacional y era portavoz del PP en el Congreso de los Diputados. «Quieren contaminar el tema para joder un poco en ese sentido», sentencia Villarejo enigmático, aunque declina ofrecer más detalles. «Los matices y esas cosas cuando nos veamos personalmente».

Por último, el sumario también recoge el pavoneo de Villarejo ante el cónyuge de Cospedal por «haber conseguido parar» durante semanas la investigación de Gürtel, sobre todo en València. Ignacio López del Hierro defiende que «Estos deben convocar elecciones ya en València y en Madrid (...) En València ganan por 20 puntos. Ahora mismo. ‘Mira, anda, sigue con la corrupción en València. Mira para que lo te sirve, ¿eh?», asegura mofándose de la estrategia fallida de la oposición en su denuncia de las causas de corrupción.

A lo que Villarejo presume de que «se ha conseguido parar hasta septiembre lo de los pagos esos en B. En el calendario no hay mucho caso: era conseguir cerrar el tema de Camps y, si sale lo de la financiación ilegal, pues que se coma el marrón alguno de ellos». A lo que López del Hierro responde: «Como Camps convoque elecciones arrasa».