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Ciudadanos consuma el giro al origen

Obvia el impuesto de sucesiones, quiere apoyar las cuentas y negocia con el tripartito la reforma electoral o la ley de Transparencia

La nueva ejecutiva autonómica de Cs que lidera Cantó, ayer junto al número dos, Carlos Cuadrado.P. GOBERNADO

En un giro de 360 grados, Ciudadanos ha completado su regreso al centro en apenas cinco años desde que en 2015 se presentó a sus primeras elecciones en la Comunitat Valenciana.

Un lustro en el que el partido se colgó la etiqueta de socialdemócrata, abominó después de ella para rebautizarse como liberal e inició un proceso de derechización a finales 2016 con el apoyo a la investidura de Mariano Rajoy a los pocos meses de pactar un acuerdo de Gobierno con Pedro Sánchez que fracasó tras una investidura fallida.

Un proceso evolutivo que le llevó en febrero de 2019 a compartir foto con Vox en la plaza de Colón y después a aceptar el apoyo de la ultraderecha para formar gobiernos con el PP en Andalucía, Madrid y otras autonomías.

Ahora consuma su vuelta al centro iniciada en el último año que se ha intensificado especialmente en los últimos meses en la Comunitat Valenciana después de que la legislatura comenzara con un acuerdo entre su líder autonómico, Toni Cantó, con la presidenta del PP, Isabel Bonig, para el acoso constante al Botànic.

Cantó escenifica el giro tras reunirse este lunes por segunda vez en poco más de un mes con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y hoy con el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, uno de los pesos pesados del PP, al que el partido naranja sostiene en la institución provincial y tiene intención de seguir dando apoyo. Justo ayer, en una comparecencia junto al número dos de su partido, Carlos Cuadrado, Cantó explicaba que el centro que busca Cs es precisamente ese, el de la capacidad de llegar a acuerdos con unos y otros.

Pero, cuestiones nucleares de su programa electoral como eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones han desaparecido del debate y ya no figuran en las propuestas que el líder naranja llevó el lunes a Puig mientras la colaboración público-privada se refiere ahora solo a las plazas de residencias pero ya no figura para los hospitales mientras Cantó admite que para llegar a acuerdos con el PSPV no puede mantener un programa de máximos.

Y mientras pacta un grupo de trabajo con Puig para tratar de acercar posiciones para el apoyo de Ciudadanos a los presupuestos, la formación naranja viene firmar el acuerdo de reconstrucción con el tripartito y el PP, y ahora mismo negocia a diferentes bandas con formaciones de la izquierda, para la reforma de la ley Electoral que abandera Compromís, donde ya hay casi cuerdo, o con Podem en busca de mejorar la ley de Transparencia.

Movimientos que hacen que Ciudadanos se parezca mucho más al partido que aterrizó en las Corts en 2015 y que se avino con la izquierda a pactar leyes de gran relevancia que permitieron reabrir los medios de comunicación públicos que el PP había clausurado, la creación de la Agencia Antifraude o el giro al modelo urbanístico heredado del PP.

Relación de amor y odio

En estos cinco años, Ciudadanos ha mantenido una relación de amor y odio con los socialistas valencianos con épocas de acercamiento como la actual o la de los tiempos de su primera portavoz, Carolina Punset (hoy asesora de Ximo Puig) con otras de alejamiento extremo como las que coincidieron con las dos campañas electorales de 2019 (dos generales y autonómicas) en las que Toni Cantó repetía a diario que jamás pactaría con el «PSC valenciano», alentaba el anticatalanismo, denunciaba el arrinconamiento del castellano en las aulas y daba su bendición a un posible pacto a la andaluza con Vox, si se daban los números en las urnas, que hubiera llevado a la ultraderecha a tener un papel clave en la política valenciana mientras ponía una línea roja a los socialistas.

El giro de Ciudadanos está alentado por Madrid y forma parte del mismo movimiento estratégico puesto en marcha en el Congreso por Inés Arrimadas desde el estado de alarma en marzo para que su partido no caiga en la irrelevancia con discursos en busca de la centralidad y los consensos y que suenan muy distintos a los que por ejemplo utiliza el líder del PP, Pablo Casado, que aún no ha desvelado el sentido del voto en la moción de censura de Vox.

Un giro que no pasa desapercibido en las filas socialistas. «Cs ha cambiado radicalmente su posición del inicio de legislatura», detecta el síndic socialista, Manolo Mata. «Antes éramos socialcomunistas y venezolanos y ahora quieren apoyar al Botànic en los presupuestos; Cs no es hoy el mismo que hace tres meses o en campaña», añade el portavoz.

Los socios evitan la polémica y aceptan el acercamiento de PSPV y Cs

Los socios recelan del acercamiento entre el PSPV y Ciudadanos porque ni Compromís ni Unides Podem se fían del líder de Cs, Toni Cantó. Pero ayer ambos evitaron criticar el encuentro del lunes entre el jefe del Consell y el síndic, que acabó con un acuerdo para conformar un grupo de trabajo. Compromís ve complicado que ese grupo pueda avanzar en nada porque la semana que viene los presupuestos quedarán aprobados por el Consell. Ayer en una comparecencia en las Corts, Ferri cuestionó que se hagan «inventos» para la negociación de los presupuestos. La síndica de Unides Podem, Naiara Davó, también evitó la discrepancia pública y se limitó a anunciar que pedirá información sobre el grupo de trabajo creado. Después, en redes sociales añadió que Cs es un partido «oportunista» que solo busca «blanquear» su nefasta gestión en Madrid. La coordinadora, Pilar Lima, aseguró que «visto el rumbo que toma uno de los socios, el movimiento de Cantó evidencia que el bloque de la derecha está débil». Ferri añadió que Compromís está abierto a trabajar siempre y que cuando el presupuesto llegue a las Corts se sentarán a negociar con los grupos. El portavoz de Compromís también instó a Cantó a pronunciarse «sobre propuestas que sí están encima de la mesa» como la que lanzó la coalición de nuevos tramos tributarios para quienes ganan más de 140.000 y más de 175.000 euros al año que, según considera, no va en contra de las peticiones de Cs de evitar subir impuestos a las clases medias y trabajadoras.

Por su parte, desde el PP, la portavoz adjunta, Eva Ortiz, consideró «perfecto y fenomenal» que Puig hable con los grupos de la oposición y dijo estar «segura» de que llamará a Vox y al PP. «Tenemos los teléfonos en abierto, no nos llamamos entre nosotros por si se produce esa llamada; Cantó ha tenido suerte, pero espero que antes del día 30 nos llamen a todos», señaló.

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