En plena ofensiva del Consell para limitar el poder provincial mediante el impulso de una nueva estructura de ámbito comarcal, el presidente de la Diputación de València, Toni Gaspar (PSPV), avanzó ayer su intención de consensuar con el resto de partidos un nuevo reglamento orgánico que busca afianzar el papel de esta institución como principal nexo de unión con los municipios, ampliando la participación e implicación de los ayuntamientos «en el día a día de la diputación». Entre las propuestas planteadas por Gaspar figura la celebración de un debate anual sobre el estado de la provincia de Valencia, un hito novedoso que en la Diputación de Castelló se instauró en 2013 y que el popular Carlos Mazón también quiere implantar en Alicante, pero que contrasta con el debate abierto en el Botànic sobre el adelgazamiento de estas corporaciones. Además, Gaspar anunció la puesta en marcha de un «consejo de alcaldes» con capacidad para adoptar resoluciones conjuntas, junto a la creación del escaño 32, una figura que dará voz a los alcaldes para que puedan trasladar directamente sus reivindicaciones y preguntas al pleno de la diputación. 

Asimismo, el reglamento orgánico incluirá una oficina de supervisión del cumplimiento de las obligaciones e incompatibilidades de los diputados y el refuerzo del control de  las ayudas que perciben los partidos. 

En el pleno telemático de ayer, Gaspar se abrió a consensuar los presupuestos de 2021 con la oposición: el equipo de gobierno aprobó una moción de Ciudadanos para trabajar en el diseño de las cuentas con todos los grupos.