El Black Friday se importó de Estados Unidos tras la liberalización de la normativa de rebajas de 2011 y ya se ha instalado en el calendario de los consumidores. Originariamente se circunscribía al último viernes de noviembre, el día siguiente a Acción de Gracias, en el que los comercios lanzaban potentes descuentos puntuales para activar las compras antes de la llegada de la Navidad. De hecho, el ‘black’ proviene del cambio de tendencia que supone la jornada para las cuentas de las empresas, que pasan de números rojos a negros.

Sin embargo, lo que comenzó siendo ese ‘viernes negro’ pronto se extendió a la ‘semana’ y este año ya ocupa casi 15 días en muchos pequeños comercios, que pese a no ser demasiado favorables a esta costumbre estadounidense adelantan las promociones por las urgencias de caja, especialmente acuciantes este año, y por el temor a un frenazo de sus ingresos en caso de no subirse al carro del que tiran gigantes como Amazon, El Corte Inglés, Carrefour o Fnac, especialmente a través de sus canales de venta online.

Por eso, los ‘emails’ promocionales llevan ya días acumulándose en las bandejas de entrada de nuestros correos electrónicos y los escaparates de las tiendas se inundan de cartelería que anuncia inigualables descuentos. Los grandes productores, con mayor capacidad de maniobra a la hora de bajar precios, marcan el ritmo a las pymes, que no tienen mucha más salida que entrar en la carrera y adelantar también el inicio de las promociones. Más todavía en un momento de crisis como el actual en el que muchos pequeños comercios ven en este final de noviembre y la campaña navideña el único camino hacia la viabilidad.

Según una encuesta de eBay, seis de cada diez propietarios de pymes valencianas creen que su negocio está en riesgo y que su supervivencia dependerá «totalmente» de las ventas del último trimestre, el más potente para el sector minorista. El problema, según señalan muchos propietarios y coincide la organización mayoritaria del comercio valenciano, Confecomerç, es que esta expectativa de descuentos provoca un frenazo en las ventas durante las semanas previas que obliga a adelantar esas promociones cada vez más para dinamizar la actividad.

Apelar al consumidor

Este año, además, las promociones se prevén más agresivas fruto del elevado stock que la pandemia ha hecho acumular a las empresas durante todo el año. Cuatro de cada cinco comercios valencianos admite que así lo hará. Sabedores de que no pueden luchar contra las ofertas de las grandes cadenas, el pequeño comercio trabaja en sensibilizar al consumidor sobre la importancia de estos negocios para el tejido productivo local. «Generan riqueza para el entorno cercano frente a otros modelos que tienen un impacto menos directo en nuestra sociedad», recalcaba esta semana Rafa Torres, presidente de Confecomerç.

Los valencianos prevén gastar una media de 105 euros

Ante lo que es considerado como el pistoletazo oficioso de la campaña navideña, la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana publicó ayer su informe de previsiones para las promociones del ‘Black Friday’ y el ‘Ciber Monday’, que se celebra el 30 de noviembre. Según la Unión, los valencianos tienen previsto gastar una media de 105 euros para comprar, sobre todo, tecnología y moda. El estudio refleja que los jóvenes serán los que más comprarán (46 %), si bien gastarán menos que el sector de entre 34 y 50 años. Los que menos participarán (6 %) son los mayores de 65.