Los contagios de coronavirus entre el personal sanitario siguen siendo una constante pese a que en la segunda ola sí se ha generalizado el acceso a los equipos de protección individual (EPI). Actualmente, según las cifras oficiales de la Conselleria de Sanidad, el coronavirus mantiene apartados de su trabajo a más de un millar de profesionales sanitarios ya sea porque se encuentran de baja por haberse contagiado —478 según la última notificación del pasado viernes 27 de noviembre— o bien por estar en cuarentena por haber estado en contacto con un positivo, otros 548.

Se trata, en su mayoría, de personal de enfermería, 331 profesionales en total; auxiliares de enfermería, con 253 profesionales de baja actualmente o en cuarentena; y personal médico, con 237 casos. El resto de afectados son celadores y personal técnico o administrativo, aunque en una proporción menor. Por departamentos de salud, a día de hoy los hay más afectados como el de La Fe, también el que más personal tiene asignado con 148 trabajadores retirados momentáneamente; 105 en el departamento del Hospital General de València o 101 en el del hospital San Juan de Alicante.

El repunte de la segunda ola en noviembre ha coincidido, precisamente, con un aumento importante de contagios entre los profesionales que están en primera línea. Hasta el pasado viernes, y desde el inicio de la pandemia, se han contabilizado 4.823 contagios entre el personal sanitario, 1.700 de ellos desde septiembre y en plena cresta de la ola a mitad de noviembre, estuvieron fuera de juego hasta 1.231 trabajadores, precisamente en un momento en que la escasez de profesionales en bolsa hace más difícil el reemplazo del personal que cae enfermo.

Denuncia de Satse

Para evitar este goteo constante de contagios en el ámbito laboral, desde el sindicato de enfermería Satse llevan semanas pidiendo la generalización del uso de mascarillas FFP2 para todo el personal que esté trabajando en tareas asistenciales con pacientes, sean covid o no, ampliando así las recomendaciones del Ministerio de Sanidad. El sindicato endureció su protesta a raíz del documento consensuado en Madrid sobre la importancia que tenían los aerosoles en la transmisión del coronavirus, sobre todo en espacios cerrados o mal ventilados y denunció a la Conselleria de Sanidad ante la Inspección de Trabajo por ello.

Ahora, y antes de la resolución de Trabajo, desde Sanidad han decidido cambiar el protocolo de riesgos laborales y, tal como adelantaron ayer desde Satse, este cambio permitirá «ampliar el uso de la mascarilla FFP2 a todos los profesionales sanitarios que estén en contacto con pacientes, sean o no positivos en covid». La redacción del protocolo, sin embargo, es más restrictivo que lo manifestado de palabra por los responsables de la conselleria y restringe el uso a zonas de triaje, donde se hagan procedimientos que se generen aerosoles o para lugares con «elevada ocupación» sin buena ventilación o allí donde haya proximidad continua al paciente sin distancia de seguridad, excepciones que desde Satse esperan que sirvan para generalizar el uso de estas mascarillas.