La Conselleria de Sanidad permitirá que las áreas de salud programen sesiones de rehabilitación de forma extraordinaria por las tardes en un intento de aligerar las listas de espera para estos procedimientos, al igual que ya se hace con las operaciones no urgentes. Así se decidió ayer con los sindicatos en mesa sectorial, al aprobar la renovación del acuerdo anual de autoconcierto, programa por el cual la Conselleria de Sanidad autoriza el trabajo extraordinario de los profesionales por las tardes para desatascar las listas de espera y que complementa al llamado plan de choque, por el que se envía a pacientes a la privada por la saturación del sistema público.

Hasta ahora, este programa que busca aprovechar los recursos públicos por la tarde —y que tiene un presupuesto de 21 millones para el año que viene— solo incluía operaciones quirúrgicas no urgentes y ciertas pruebas diagnósticas como resonancias, TAC, colonoscopias o gastroscopias pero tras la pandemia se ha visto que hay también lista de espera en las sesiones de rehabilitación que tienen que hacer los pacientes que pasan por una intervención de Traumatología y que retrasar esta rehabilitación tiene consecuencias directas en la recuperación de los pacientes. Además, en este nuevo acuerdo se ha decidido pagar también a los celadores «en pruebas diagnósticas que precisen la sedación de los pacientes», cuestión que no estaba incluida.

Hacen falta 11.000 plazas

Los sindicatos apoyaron ayer la renovación de este acuerdo, necesario más que nunca para intentar rebajar las listas de espera que en octubre era de 132 días pero recordaron, como hicieron desde CSIF, que tanto el autoconcierto como el plan de choque eran «parches» al sistema y que estos programas no debían retrasar el objetivo último que era la creación de «11.000 plazas estructurales».

Por su parte, desde Comisiones Obreras aprovecharon para afear a la Conselleria de Sanidad que no se hubiera prorrogado, tal como adelantó este diario, al menos 50 de los 7.000 contratos covid-19 que sí se han mantenido hasta junio.

Esto contratos corresponden a los profesionales de Salud Pública que están formando los equipos de rastreo y que al ser personal funcionario y no estatutario se quedan fuera de la ley que ampara la prórroga de los contratos por acumulación de tareas. Ahora, tras su cese, habrá que recurrir a las bolsas para cubrir las plazas «con el riesgo de que esas personas ya formadas y entrenadas no entren de nuevo en los equipos», según CC OO. Es lo que ha sucedido con los técnicos del laboratorio de Microbiología del Hospital General de Valencia, donde cesaron a 18 profesionales al acabarse el contrato con el consiguiente impacto en el grupo de trabajo. Según el centro, se ha podido «recuperar» a 14 de estos 18 profesionales vía bolsa de trabajo y se ha contratado a 4 nuevos.