Reconocer que algo va mal y que su comportamiento debe cambiar es «absolutamente esencial» para que un maltratador pueda iniciar una intervención psicológica adecuada, ya que suele minimizar o negar la violencia que ejerce sobre su pareja cuando realmente es él «el origen del problema». Así lo asegura en una entrevista la catedrática de Psicología Social de la Universitat de València Marisol Lila, quien dirige el programa «Contexto de intervención con hombres maltratadores como estrategia de prevención en la violencia de género».

El programa, que por tercer año consecutivo ha llegado a un acuerdo con la Generalitat, de la que recibirá este año 60.000 euros, nació en 2006 para intervenir sobre hombres condenados judicialmente por violencia de género.

Según la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, un condenado por un delito relacionado con la violencia de género puede suspender la pena de prisión por asistir a programas de reeducación y tratamiento psicológico.

Tolerancia con la violencia

Lila reconoce que en España la violencia machista sigue existiendo y hay nichos de tolerancia hacia esa violencia que nos va a costar bastante erradicar, aunque indica que la sociedad entiende que es un problema social, no privado, en el que hay que intervenir y actuar». Desde su creación han sido atendidos en el Programa Contexto unos 1.100 hombres de entre 18 y casi 80 años (aunque el mayor grupo está entre los 30 y 50 años), de los que solo ha reincidido posteriormente el 7 %.

Optaron por crear este plan porque los hombres que acuden al programa son «superresistentes a la intervención. No tienen ninguna conciencia de por qué están, de qué necesidad hay de acudir, porque se consideran buenas personas», señala.

No creen que sea delito

«Minimizan lo que han hecho, lo niegan o consideran que es un hecho trivial, que no es un delito, que ha sido un error judicial y que cualquiera en su lugar habría hecho lo mismo», explica Lila, quien añade que desde su forma de entender la realidad «consideran que no es justo que estén ahí y que la que debería estar es ella (su pareja)».