El objetivo de las becas salario es garantizar que ninguna persona se quede sin cursar estudios universitarios si su familia no tiene recursos para sufragar los costes de la carrera. La Generalitat Valenciana -con el primer Botànic al frente y gestionadas desde la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital- puso en marcha estas «becas salario» que van ligadas a la renta familiar y suponen 6.000 euros al año. Algo que garantiza unos ingresos de 600 euros al mes el tiempo que dure la formación si el alumnado aprueba las materias, según marcan los requisitos.

Sin embargo, o se pide el primer año de universidad o ya no se puede recibir , ya que un requisito (si no es el primer año) es que esté concedida el curso anterior. Aunque se desconozca la convocatoria el primer curso, o las situaciones familiares cambien o empeoren durante los años posteriores ya que las ayudas están dirigidas al alumnado que inicia por primera vez sus estudios universitarios.

Quejas del alumnado

El hecho de que las becas salario se limiten solo al primer año de estudios universitarios ha generado críticas entre el alumnado que ha intentado acceder a la ayuda en otros cursos. Las quejas se materializaron en escritos dirigidos el Síndic de Greuges, quien abrió una investigación.

Después, solicitó a la conselleria que dirige Carolina Pascual «que se dote de los recursos económicos suficientes a la modalidad de becas salario ligadas a la renta para la realización de estudios en las universidades públicas a fin de facilitar y garantizar el acceso y la permanencia de los estudiantes que se matriculen por primera vez». «También a los que ya se encuentren integrados en el sistema público universitario valenciano y reúnan los requisitos académicos y de umbrales económicos de renta establecidos o que se establezcan en un futuro», insiste el Síndic. La conselleria ha seguido su recomendación.

Desde el departamento de Pascual se asegura que actualmente están modificando las bases de la convocatoria para abrir las becas a estudiantes de otros cursos, con la finalidad de poder llegar a más alumnado. «El objetivo es evitar la auto exclusión y garantizar que los estudiantes que inician los estudios puedan acabar su formación universitaria con un salario destinado a formarse», explican las mismas fuentes, tras señalar que esta ayuda benefició a 2.710 estudiantes en 2020.

La convocatoria de las becas salario incluirá como novedad que el alumnado de otros cursos pueda tener acceso, pero es preciso elevar la financiación. Desde la conselleria señalan que «para la próxima convocatoria 2020-2021 se incrementa el presupuesto destinado a financiar estas becas para poder ampliar los beneficiarios». El presupuesto es de 16.500.000 euros y supone un aumento de 2.500.000 euros respecto de la convocatoria anterior.

«Nadie se puede quedar atrás»

«Muchísima gente que de verdad la necesita no pide la beca salario en primero de grado porque desconocen su existencia, puesto que absolutamente nadie, ni de fuera ni de dentro de las instituciones educativas y tampoco gubernamentales les informa de ello». Así comienza la queja de una estudiante que decidió a denunciar ante el Síndic de Greuges «lo injusto que es que la beca salario solo la puedan disfrutar personas que han sido solicitantes o becadas en primer grado».

La joven asegura que, cuando se ha quejado a la universidad la repuesta ha sido «la limitación de recursos económicos para poder dársela a más gente». Y en aras de llegar al mayor número posible de alumnos, la estudiante propone «que bajen la cantidad de dinero que reciben los beneficiarios y así la podremos recibir más gente sin sufrir por no poder mantenernos siquiera con la ayuda de nuestra familia, porque es absolutamente segregador y clasista. Tanto yo como otros alumnos nos vemos obligados a trabajar para pagar el alquiler de una habitación en València».

El Síndic de Greuges, por su parte, explica en su resolución que la Generalitat Valenciana debe garantizar «la permanencia en el sistema universitario público de aquellos estudiantes cuyas circunstancias sociales y económicas hayan cambiado de un año a otro».

El Síndic, además, no olvida ni la pandemia ni sus consecuencias «en esta grave crisis sanitaria». Por ello, asegura que «el impulso por parte de los poderes públicos del sistema de becas es necesario a los efectos de que ‘nadie se quede atrás’, a los efectos de garantizar la permanencia del alumnado en el sistema universitario público valenciano». La Conselleria de Universidades, por su parte, asegura que ya está trabajando para modificar los requisitos.