El mes de enero se despide con un nuevo episodio que cambia radicalmente las sensaciones. Del viento se pasó a la ola de frío y nieve; de ahí, a la ola de calor y el fin de semana finaliza nuevamente con fuertes rachas de viento. Que obligaron a realizar más de sesenta de actuaciones a los diferentes servicios de bomberos. Ninguno de gravedad, pero sí muchos de cierta entidad, a lo que hay que añadir dos incendios forestales, azuzados por el viento.

Desprendimiento en cornisas y tejados de uralita y algunas caídas de árboles, sin registrar heridos, forman parte de los avisos de emergencias. Incluyendo alguna actuación espectacular, como la poda de urgencia de un pino en Cheste, cuya copa amenazaba desplomarse sobre una vivienda u otra de los bomberos de Castelló ante un poste de electricidad caído que desprendía chispas.

Las rachas máximas se registraron en el aeropuerto de Manises, con máximas de 93 kilómetros por hora, seguido de los 87 kilómetros por hora en Vilafranca y de 81 en Fredes. Otros registros destacados fueron las rachas de 79 kilómetros en Bicorp y Xàtiva, 76 en Segorbe; 75 en Utiel; 73 en la ciudad de València y en Atzeneta del Maestrat.

Dos incendios

Varias dotaciones, incluyendo un helicóptero tuvieron que desplazarse a Pobla del Duc para sofocar el incendio de rastrojos. También tuvieron que sofocar un incendio en el Camí Enchilagar de la villa de Montichielvo. Ambos fueron sofocados antes de acabar la jornada. En la situación actual de fuertes vientos se ha decretado el nivel de preemergencia de riesgo extremo y está rigurosamente prohibido encender fuego.

Para la jornada de domingo está previsto un nivel naranja en el interior de Castelló y continuará el aviso amarillo en el resto de la Comunitat, con lo que se mantendrán las alertas, tanto de incendio como de posibles desprendimientos de elementos arquitectónicos o de vegetación.