Carlos Almiñana Peiró, que iba a cumplir los 68 años el próximo lunes, 1 de marzo, era un hombre muy conocido y querido en Gandia. Reservado, solidario y calificado por quienes le conocían como «una buena persona», no se le conocían conflictos ni enemistades. Era miembro de la Cofradía del Nazareno de la Semana Santa gandiense y vocal de la Cofradía del Beato Andrés Hibernón, una asociación de carácter religioso y cultural en honor al conocido como ‘el Beatet de Gandia’. Además, durante años trabajó como voluntario para la agrupación local de la Cruz Roja. Almiñana vivía solo en el piso de la calle Ciutat de Laval, que compartía con su madre hasta que ella falleció.