El president de la Generalitat, Ximo Puig, anunció ayer que el pleno del Consell aprobará mañana la regulación de una línea por importe de 50 millones de euros en créditos participativos del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) para empresas con dificultades económicas, lo que permitirá activar la última de las medidas financieras que conforman el Plan Resistir, dotado globalmente con alrededor de 400 millones de euros y dirigido a los sectores más afectados por la pandemia.

Este fondo va destinado a empresas con una situación económico-financiera límite. En concreto, a negocios que tienen insuficiencia de recursos propios. Los préstamos que pueden solicitarse oscilan entre los 25.000 y los 800.000 euros e incluirán también, al igual que los préstamos bonificados, un tramo no reembolsable de hasta el 30%. El plazo de carencia aumenta hasta los dos años y el de devolución hasta los 15 años.

Respecto a los préstamos bonificados, puestos en marcha a finales de enero, el president anunció que ya se han registrado más de 2.400 solicitudes de las cuales se han resuelto favorablemente 183 expedientes. Así, 158 empresas ya han recibido la confirmación de la aprobación de los préstamos por valor de 10,1 millones de euros mientras que las 25 restantes, con solicitudes por valor de 4,2 millones, han resultado aprobadas condicionadas a que los beneficiarios aclaren si se encuentran o no al corriente del pago de las deudas con la administración anteriores a 2019.

Según Puig, se busca que «ninguna empresa que tenía viabilidad en 2019 deje de tenerla ahora» por la reducción de la actividad ocasionada por la pandemia y de que «no se pierda ningún puesto de trabajo» mientras se pueda hacer un «esfuerzo conjunto».