Antonio Mas accedió a la gerencia de Divalterra en septiembre de 2018 para ocupar la vacante dejada por sus predecesores, investigados en el caso Alquería. Su misión era pilotar la transformación de la entidad y limpiarla de las sombras de corrupción. Mas, que no tuvo que superar ningún proceso de valoración de méritos, entró en la antigua Imelsa en 2009 como jefe del Servicio de Información Territorial, bajo el mandato de Alfonso Rus. Procedía de la empresa Estudis y Serveis Cadastrals, regada con contratos de la dIputación. En 2010, como responsable técnico de Imelsa, Mas firmó la valoración de un concurso de medio millón ganado por la mercantil. También salió a la palestra para defender la eficacia del plan de bombillas led de Rus.