En abril de 2020, cuando la pandemia impidió que embarazadas pudieran acudir a cursos de Educación Maternal en el centro de salud de Buñol, la enfermera-matrona María Pilar Sánchez comenzó de forma virtual a dar consejos y resolver dudas de las gestantes que viven en zonas rurales.

"El embarazo en soledad genera estrés y temor a contagiar al bebé", ha explicado María Pilar Sánchez al Colegio Oficial de Enfermería de Valencia (COEV), según informa la entidad colegial en un comunicado.

La enfermera-matrona inició las conexiones virtuales para impartir cursos de atención preparto y de lactancia, pero con el confinamiento amplió su asesoría profesional a otras facetas del embarazo y la pediatría, como la vacunación o la alimentación del bebé.

Según explica, al comenzar el confinamiento y suspenderse las citas presenciales para evitar contagios, una docena de embarazadas que asistían a los cursos en el centro de salud de Buñol preguntaron cómo se podían mantener las charlas.

Aunque al principio se creó un grupo de WhatsApp y quedaron para hacer una videoconferencia con Zoom, posteriormente la coordinadora del centro de salud le instaló un ordenador con cámara para poder realizar conexiones virtuales.

Desde entonces suelen participar una decena de mujeres, en función de los partos y los nuevos embarazos, aunque tras el parto muchas se quedan, especialmente cuando son primerizas, para recibir consejos cuando los bebés son recién nacidos.

Se hace una conexión telemática a la semana donde se abordan cuestiones sobre atención al parto y la lactancia, y se explica el calendario de las vacunas para los bebés y todo lo que tiene que ver con su alimentación, y en la que también interviene la enfermera pediátrica Carmen Ocaña.

María Pilar García explica que la relación con las mujeres que participan en las conexiones virtuales es "muy cercana" y explica que viven en casas aisladas fuera del casco urbano; por eso, "además de ofrecer asesoría profesional, mostramos nuestra amistad y apoyo emocional".

"Son mujeres que, en muchos casos, pasan solas muchas horas al día y, con esta ventana virtual, logramos entrar en sus hogares, nos presentan a sus maridos y vemos sus mascotas. Todos necesitamos relacionarnos durante este tiempo de toques de queda, restricciones de movilidad y confinamiento", señala.

Entre todas, confiesa, "hacemos una especie de terapia de grupo. Cuando una gestante pregunta algo, siempre hay quien expone que ella ya lo ha pasado y aporta su experiencia al resto de las asistentes, describe en primera persona su experiencia".

Respecto a si ha notado un aumento o descenso de los embarazos por la pandemia, señala que "curiosamente al principio de la pandemia aumentaron. Las parejas pensaban que el tema de la covid-19 iba a pasar pronto y crecieron los embarazos".

En ese sentido, señala que "solo había detectado una situación similar y fue en 2010, cuando España ganó el Mundial de Fútbol de Sudáfrica".

Sin embargo, agrega, con el transcurso de los meses y la incertidumbre (social y laboral) generada por la pandemia de la covid-19 "se han ido reduciendo considerablemente".

También afirma que ha detectado "mucho miedo" entre las embarazadas. "El embarazo en soledad genera estrés y temor a contagiar al bebé".

Según indica, durante el embarazo una mujer sufre muchos cambios físicos y psicológicos que, en el caso de las madres primerizas, generan ansiedad si no están acompañadas y, si a eso se suma la soledad y la incertidumbre por el temor al contagio y transmitirlo a sus bebés, "el pánico se extiende".

Entre las embarazadas que acuden a este servicio también hay mujeres que viven en la ciudad ya que, según explica, cuando comenzó la pandemia muchas personas decidieron abandonar las ciudades, alentadas por el teletrabajo, y acudieron a su segunda residencia para tener un ambiente más tranquilo.

Aunque inicialmente el proyecto incluía los municipios de Buñol, Macastre, Yátova y Alborache, se ha ampliado con embarazadas y madres de otras zonas que se han ido sumando.