El movimiento asociativo que trabaja para mejorar la vida de las personas con discapacidad física u orgánica ha dado un golpe sobre la mesa. Capitaneados por la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe) exigen a las administraciones que pongan en marcha con urgencia el nuevo baremo de discapacidad antes de 2022, la fecha anunciada para su implantación, según la asociación.

Esta herramienta sirve para valorar el grado de discapacidad de una persona y así ser reconocido y entrar en el sistema de protección estatal, un mecanismo que, según recuerda Cocemfe Comunitat Valenciana «representa la puerta de acceso al sistema de derechos establecidos en nuestro país y lleva más de 20 años sin renovarse». El actual baremo tiene una perspectiva «médica-rehabilitadora», es decir, tiene en cuenta el diagnóstico médico y no el entorno en el que se enmarca la persona con discapacidad.

De perspectiva médica a social

«La valoración se centra en el individuo y sus limitaciones sin considerar los efectos e interrelaciones entre el entorno», apuntan desde la asociación. Por eso, defienden que hay que instaurar «urgentemente» el nuevo mecanismo que se adapte a la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad para garantizarlos: «Es necesaria su adaptación a un modelo de derechos humanos, al modelo social, y que contemple la interacción de cada persona con su entorno social y la prestación de apoyos personalizados», apunta el presidente de Cocemfe Comunitat Valenciana, Juan Mondéjar. «No podemos esperar más», insisten desde la entidad nacional.

El nuevo baremo incluye el reconocimiento de situaciones vinculadas a la discapacidad orgánica, como la fatiga o el dolor, enfermedades reumatológicas o enfermedades que cursan con brote. «Ahora no se reconocen las secuelas como factores que derivan en una discapacidad o elementos como el dolor en ciertas enfermedades, que en muchas ocasiones es incapacitante», dice Cocemfe. Si se aplica el nuevo documento, estas situaciones podrán tenerse en cuenta desde el primer momento de la valoración.

La nueva herramienta es una reivindicación histórica que, aunque no es «ideal», según la asociación, «mejora la situación de las personas que se someten a un baremo del grado de discapacidad física u orgánica».