El primer fin de semana sin estado de alarma deja imágenes reveladoras: colas en la estación de Atocha para dejar Madrid, botellones en la Barceloneta y turistas en las playas valencianas. Esa necesidad por retomar la vieja normalidad no va acompañada por los datos de expansión del virus, que dejan a España con una incidencia acumulada (IA) de 172 casos por cada 100.000 habitantes, lo que supone un riesgo alto. Cifras que no representan a la Comunitat Valenciana, con un panorama bien distinto: 31 casos de IA en los últimos 14 días pero, eso sí, con buena parte de las restricciones en activo. Esa es, seguramente, la clave para entender y justificar el salto que la autonomía le ha dado a la cuarta ola sin que apenas se haya notado el impacto. Con el aval del Tribunal Superior de Justicia para mantener el toque de queda durante dos semanas, la mortalidad está contenida y no se ha detectado desde febrero un exceso de defunciones que supere la media histórica. Es decir, en las estadísticas de defunciones, la covid-19 no ha sido un motivo a destacar en el último trimestre.

Así se desprende del último informe emitido el 11 de mayo por el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) en España, que utiliza la información de las causas de defunción que se obtiene diariamente de 3.999 registros civiles informatizados. En este archivo, la C. Valenciana no suma un nuevo periodo de exceso de mortalidad al no haber detectado un repunte notorio en la media de fallecimientos respecto a otros periodos en el tiempo. La última vez que se detectó un aumento de la mortalidad fue entre el 1 de diciembre de 2020 y el 1 de febrero de 2021, cuando la tercera ola causó estragos en la autonomía y dejó 4.383 decesos no previstos, tres veces más muertes que en la primera ola y un 38 % más de la media de fallecimientos en ese mismo periodo histórico sin pandemia.

Pese a que la Conselleria de Sanidad no ofreció datos ayer de contagios y muertes -tampoco lo hará hoy -, las cifras que la pandemia deja esta semana en la C. Valenciana apuntalan estos buenos indicadores epidemiológicos: entre el martes, donde se incluyen los contagios de fin de semana, y el jueves, último día con registros, se produjeron 362 contagios nuevos en 100 municipios, mientras que en la anterior actualización hubo más de 120 localidades con nuevos contagios. En concreto, València cierra la mejor semana del año con apenas 50 contagios nuevos por coronavirus.

La Generalitat ha medido mucho sus pasos en la desescalada de las restricciones, abriendo la mano muy poco a poco para combinar la seguridad sanitaria con alivios en la actividad económica. Como señalan los datos, esta cautela y precaución ha dado sus frutos y ahora preocupa qué ocurrirá tras este fin de semana marcado por la visita de turistas que ha conllevado el festivo de San Isidro en Madrid. No en balde, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, lanzó un mensaje a los turistas que han llegado a la C. Valenciana: «Aquí hay normas».

El resultado de los contactos que se produzcan entre ayer y hoy se reflejarán en los datos de dentro de 14 días, por lo que las autoridades y cuerpos de seguridad se afanan en hacer cumplir las normas: respetar el toque de queda establecido entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana y no reunirse con más de 10 personas en espacios públicos y privados, además de controles policiales en las zonas turísticas de afluencia. Todo ello, junto a la eficiente inoculación de la vacuna en los distintos tramos de edad, está resultando decisivo para mantener el virus a raya en la C. Valenciana.