El 23,4 por ciento de los municipios valencianos, es decir, 127 de 542, están en riesgo de despoblación según el último informe anual del Banco de España, referido a 2020. Según la entidad financiera, «existe un conjunto de municipios rurales cuya supervivencia a largo plazo podría verse amenazada en caso de que sus dinámicas poblacionales recientes no se reviertan», y entre ellos destacan casos como los de Ares del Maestrat, Catí o Vallibona en la provincia de Castelló, Aras del Olmos, Chullilla o Gátova en la provincia de Valencia, y Benasau, Penàguila o Quatretondeta en Alicante, por citar algunos pueblos a modo de ejemplo.

El informe del Banco de España explica que se observa la existencia «de un número elevado de municipios rurales que no solo presentan un crecimiento vegetativo negativo año tras año, sino que además han ido perdiendo población de forma continuada a lo largo de las dos últimas décadas, incluso durante la fase expansiva, en la que la población rural en su conjunto aumentó». Estos serían los denominados «municipios en riesgo de despoblación», cuya viabilidad estaría amenazada.

La desaparición de estos municipios podría representar «una amenaza sobre el medioambiente, en términos, por ejemplo, de aumento en la incidencia de incendios y una disminución de la biodiversidad, si no se articulasen medidas mitigadoras», alerta el documento del Banco de España, que explica que la incidencia de municipios en riesgo de despoblación en nuestro país se sitúa muy por encima de la del conjunto de la eurozona.

Así, ha identificado 3.403 municipios en riesgo de despoblación en todo el territorio nacional, que representan el 42% de los municipios de España. En estos municipios vive aproximadamente el dos por ciento de la población total del país, en torno al millón de personas.

Volviendo a las cifras de la Comunitat Valenciana, la provincia de Castelló es la más afectada, según los criterios del Banco de España, por el riesgo elevado de despoblación.

Menos riesgo junto a las urbes

Para la entidad financiera estatal aquellas localidades con un crecimiento de la población negativo entre 2001 y 2018, saldo vegetativo negativo desde 2001 y densidad inferior a 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado forman parte de su particular lista roja. Según el estudio, las áreas próximas a las grandes ciudades sufren menos problemas de despoblación que aquellas sin una gran urbe de referencia.

La provincia de València es la segunda con mayor tasa de despoblación, ya que hasta 52 pueblos corren el riesgo de desaparecer. Al igual que en Castelló y Alicante, todos los pueblos se concentran en las comarcas del interior. Con todo, Alicante es la menos afectada por esta grave problemática, con 15 localidades en la zona de peligro.

Las comarcas más afectadas por la despoblación serían Els Ports y l’Alt Maestrat en Castelló; Los Serranos en València; y El Comptat en Alicante.

Hay que reseñar que los criterios que maneja el Banco de España están en consonancia con los que propuso el Comité Econòmic i Social de la Comunitat Valenciana en su Informe de Desarrollo Rural de 2020. En este documento autonómico, en lugar de 127 municipios, habría 120 con riesgo alto o muy alto de despoblación.