La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha apostado hoy en València por maximizar la apuesta de los recursos hídricos y garantizar el acceso al agua como bien escaso. Ribera ha reconocido la importancia del Trasvase Tajo-Segura del que dependen más de 3 millones de personas y ha adelantado que desde el ministerio están estudiando una mejora de las condiciones y de las reglas del trasvase para hacerlo más sostenible y más razonable.

La ministra apostó por aplanar los picos del trasvase y conseguir que toda la cuenca tenga mayor disponibilidad de agua durante todo el año. "Las actuales reglas del trasvase ponen en riesgo su viabilidad. Es una explotación poco razonable", matizó Ribera. Por eso, desde el ministerio, su responsable apostó por incrementar el volumen de agua desalada en cada cuenca y, en el caso de la Comunitat Valenciana y Murcia, por interconectar toda al agua dentro de la cuencas y aumentar la producción de la planta desaladora de Torrevieja. "Hemos pasado 40 a 80 hectómetros cúbicos de agua desalada producida en la planta de Torrevieja. Es exactamente el mismo volumen de agua que llega por el Tajo-Segura. Queremos ampliar a los 120", adelantó la vicepresidenta.

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, insistió en que en ningún momento se ha planteado el cese del trasvase Tajo-Seguro y coincidió con Ribera en la necesidad de ahondar en la mejora del uso del agua disponible dentro de cada cuenca. "El agua es riqueza para un país", matizó Puig. El presidente abogó por dejar a un lado el conflicto del agua como arma y seguir trabajando en la mejora de los sistemas de reutilización del agua "en todas las cuencas"