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"Las ayudas al cuidador no profesional suponen un riesgo para los mayores"

La Sociedad Valenciana de Geriatría exige estudios y estadísticas en el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez

Los mayores no cuentan con estudios sobre el colectivo. | E.PRESS

No hay datos, ni estadísticas, ni estudios, ni investigaciones. El maltrato a los mayores, la violencia que puedan sufrir dentro y fuera de casa, por parte de familiares, de desconocidos o de las instituciones no consta en ninguna parte. No existen datos segregados por edad y esa realidad vuelve invisibiliza a un colectivo vulnerable que «no se considera productivo», que está en «tiempo de descuento» y que por ello «ha dejado de importar».

Para visibilizar con un ejemplo sencillo esta situación, la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología explica cómo lo último en reabrir en pandemia han sido los centros de día de mayores. «Las extraescolares de los niños, los gimnasios, el ocio, las clases... pero los centros de mayores ahora empiezan a reabrir, y no todos. Al final se evidencia que si el mayor no puede ir al centro de actividades, pues oye que no vaya. No se ha estudiado la repercusión negativa de esta decisión ni las medidas que se debían adoptar para reabrir porque al final no da dinero. Y ese es el problema. Los mayores ya no son productivos y por eso no importan», explica la presidenta de la entidad, Sacramento Pinazo.

Una «lacra» infradiagnosticada

Ayer fue el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez y desde la la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología reivindican datos y estudios que hagan referencia a esta «lacra» que está infradiagnosticada y que, además, no se denuncia. «La mayoría de casos no se denuncia.

En el ámbito familiar, la persona mayor no denuncia a su maltratador porque se ve vulnerable, no quiere romper lo que tiene y no sabe cómo hacerlo. Esa violencia hacia las personas mayores se da mucho más en las mujeres y debemos reivindicar estudios al respecto para poder exigir recursos», explica la portavoz de la entidad.

El tipo de abuso y maltrato más común en el seno familiar no es el físico, sino el económico. «No es que la familia entera viva de la pensión, porque esos casos también se dan pero eso no es maltrato, es necesidad. Hablamos de ejercer control sobre el dinero o los bienes del mayor anulando su capacidad de decisión», explican desde la entidad tras añadir que no cuidar al mayor como corresponde, por abandono o negligencia, es también una realidad que la persona afectada no va a denunciar.

Además, alertan de ayudas que, sin embargo, no están dando el resultado deseado. «Hay prestaciones como la de cuidador no profesional que han proliferado mucho en la Comunitat Valenciana pero suponen un riego para los mayores, sobre todo en momentos de crisis económica. Porque puede que el hijo se quede en paro, por ejemplo, y para que otra persona cobre el dinero y cuide a la madre pues solicita la ayuda de cuidador no profesional y así cobra él ese dinero para cuidar de su familiar pero, al final, como tiene que buscar empleo e ir trabajando de lo que salga pues no atiende a la madre como corresponde y ésta jamás va a denunciar esta situación. Ese es el riesgo porque tampoco hay controles para esto», explican desde la entidad.

Desde la asociación aseguran que los pocos casos de maltrato físico y psicológico que se descubren son por alertas de los sanitarios. Las personas que lo padecen suelen presentar secuelas a corto y largo plazo tanto a nivel físico (mareos, dolor de cabeza, problemas de ingesta, de sueño…) como psicológico (ansiedad, depresión, baja autoestima, irritabilidad, intentos de autolisis…).

La entidad destaca que el abuso y maltrato en las instituciones (públicas, privadas y del Tercer Sector) se relaciona con un modelo «que precisa de recursos».

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